Separación de boletas en elecciones municipales implica eliminación del voto de arrastre en República Dominicana»
Santo Domingo, 3 enero – El panorama electoral para las elecciones municipales del próximo 18 de febrero presenta una novedad significativa: la separación de las boletas para la elección de alcaldes, regidores, directores de distritos municipales y vocales. Este cambio representa el último paso en la eliminación total del llamado voto de «arrastre» en el país, un proceso que se ha desarrollado durante más de tres décadas.
Esta modificación, que incluye la separación de las boletas para municipios y distritos municipales, junto con la implementación del voto preferencial para la elección de vocales, regidores y diputados, consolida el voto directo dentro del sistema político y electoral dominicano.
El Tribunal Constitucional desempeñó un papel crucial en esta transformación al emitir sentencias clave. En agosto de 2019, declaró inconstitucional la disposición del párrafo del artículo 2 de la Ley 157-13, sobre Voto Preferencial, que establecía el «voto de arrastre» de diputados a senadores. Posteriormente, en noviembre de 2020, declaró nula la disposición contenida en el párrafo IV del artículo 104 de la Ley 15-19, Orgánica de Régimen Electoral, que establecía el sistema de arrastre electoral tanto en el ámbito congresual como municipal.
Aunque el voto preferencial para diputados existía desde 2002, inicialmente aprobado por resolución de la Junta Central Electoral para diputados y luego extendido a regidores y vocales de distritos, el «arrastre» se mantuvo vigente para senadores, alcaldes y directores de distritos hasta 2020, momento en que se eliminó para los candidatos a senadores.
La sentencia 0462, emitida por el Tribunal Constitucional y que eliminó el voto preferencial en el nivel municipal, fundamentó su decisión en la garantía del derecho de los ciudadanos a elegir libremente a los candidatos de su preferencia en el ámbito municipal. Además, destacó que los ayuntamientos y las juntas de distritos municipales representan los órganos políticos más cercanos a la población, por lo que es esencial que los electores puedan seleccionar a los funcionarios más idóneos para esos cargos en total libertad.
En la proclama que abrió oficialmente la campaña electoral para las elecciones municipales del 18 de febrero, la Junta Central Electoral estableció la separación de la boleta municipal. Según esta proclama, los electores recibirán dos papeletas para votar: una para la elección conjunta de alcaldes y vicealcaldesas, y otra para la elección de regidores y sus suplentes, permitiendo que los alcaldes sean elegidos en su propia boleta, separados de los regidores.
El escrutinio se realizará por niveles, de modo que los votos para determinar los escaños de regidores se contarán a partir de la boleta específica para regidurías. Este mismo esquema se aplicará para los electores de distritos municipales, quienes también recibirán dos boletas separadas para elegir directores y subdirectores, así como vocales.
Este cambio representa un hito en la historia electoral dominicana. Desde las elecciones de 1970 y 1986, donde se elegía conjuntamente a todos los cargos, hasta la actualidad, el sistema ha evolucionado considerablemente. A partir de las elecciones de 1990 se separaron por primera vez los tres niveles de elección, marcando una transición hacia la autonomía y la libertad en el ejercicio del voto en República Dominicana.