Sí hay mujeres en la política
Respecto a las respuestas de los representantes del PLD, FP y PRSC sobre la propuesta de reforma de la Ley de Partidos y Régimen Electoral que está promoviendo la JCE en lo referente a la paridad entre candidatos y candidatas, manifiesto como inaceptable descartarla bajo la premisa de que: “no hay mujeres para competir en las boletas legislativas y municipales”.
Repetirlo constantemente es simplificar y desconocer la verdadera y profunda problemática que da como resultado dicha desigualdad participativa.
Los partidos políticos están llamados a garantizar una participación equitativa de género en todos los espacios y deben de hacerse co-responsables de esa causa, asumiendo políticas internas de paridad en plazas que se eligen por consenso, como un principio inexcusable de selección de sus autoridades que ayuden a feminizar cada vez más la política.
La discriminación positiva como principio de equidad lo que busca es ayudar a quienes más lo necesitan, logrando encontrar puntos de equilibrio con aquellas personas menos privilegiadas y obtener así una representación más justa.
Hace falta un cambio cultural urgente dentro de los partidos. Aprender a expresarse de manera inclusiva, dejar atrás frases cliché dadas por hecho, cuando en realidad reflejan la actitud patriarcal que discrimina a las mujeres.
Por qué en vez de insistir con que no hay mujeres, como si fuéramos invisibles, no dicen: “vamos a garantizar que las mujeres militantes de nuestros partidos participen y asumiremos la responsabilidad del uso justo de los recursos para sus campañas y visibilización de sus candidaturas, como también, crearemos las condiciones internas de respeto y apoyo necesarios. Además, vamos a implementar tolerancia cero ante la violencia política de género, para disminuir considerablemente el acoso al que son sometidas nuestras compañeras”.
Y claro, trabajar y hacer propuestas para un marco normativo que garantice dichos compromisos.
Sobre las listas cerradas vs voto preferencial, la JCE, en dicha propuesta de reforma de ley electoral, vincula las listas cerradas como garantía de paridad entre hombres y mujeres, algo realmente desafortunado y que considero puede desvirtuar la lucha por la igualdad de género, ya que las listas cerradas facilitan la imposición hegemónica partidaria.
No obstante, debe de quedar fuera de debate decir que no hay mujeres, más bien se trata de comprometerse con la solución del problema de desigualdad, dejar a un lado los prejuicios y trabajar en función a cumplir con las demandas de igualdad que exige nuestra sociedad de hoy.
