Si quieren 2028: las dos alas del PLD deben pactar
Francisco S. Cruz
No hay opciones fáciles para la oposición de cara al 2028: o trabajan temprano para unificarse en torno a un candidato, llámese Francisco Javier García (Ariel-Zoraima, ya el primero declinó), Leonel Fernández -que ya debería dar un paso al costado- u otro/a; o, sencillamente, las posibilidades se hacen cuesta arriba por las fisuras o grietas de una oposición fragmentada ante un PRM que sabe cómo “ganar” elecciones y agenciarse financiamiento por cualquier vía.
Y es que, en mi opinión, para la oposición -PLD-FP- más que de candidato, se trata de ir unificados, pues, quiérase que no, comparten un mismo nicho político-electoral: centroderecha. Perderse en eso, es perderse en lo claro como dice el dicho popular.
En esa misma línea de pensamiento o de razonamiento, tanto el que fue su candidato -2024-, como otros en el PLD, deben entender que su momento, fuera y dentro del PLD, ya pasó y que no deben convertirse en ente de crispación o ruidos internos innecesarios; aunque, por supuesto, nadie puede obligar a nadie a auto-descalificarse, pero el momento de excepción coyuntural -2024- que los sustentó ya se esfumó (no confundamos los tiempos). Así de sencillo.
Igual para otras figuras dentro del PLD -antes de 2024-: ya su momento pasó, y creo ya lo entendieron y sabrán jugar su rol de cara al 2028. De modo, que, si se quiere, resulta sencillo, a menos que quieran hacer el ridículo. Y no lo creo.
Contrario, en la Fuerza del Pueblo, fuera de su líder, hay una figura con potenciales presidenciales, concretamente Omar Fernández, en ciernes y que bien podría acompañar o figurar como segundo al mando en una boleta unificada; pero esa irrupción o posibilidad está condicionada a la decisión de su líder y jefe: el expresidente Leonel Fernández que nadie cree daría paso a un relevo político-generacional aún de su mismo partido. Sin duda, un caso o fenómeno digno de análisis o estudio, si partimos de que ya fue tres veces presidente.
Finalmente, quiérase o no, no creemos que el panorama político-electoral, de cara al 2028, cambie mucho para la oposición; aunque para el PRM no podemos prefigurar lo mismo, pues, podrían presentarse situaciones imprevistas y desenlaces de riesgos que lo cambien todo. En otras palabras, el PRM en el poder no las tiene todas consigo y necesita, igual que la oposición, un candidato de consenso, y eso no será fácil con tantos y variados candidatos/as. Pero, ¡allá ellos…!
El Caribe