Silvio Báez, el segundo obispo nicaragüense al que le retiran su nacionalidad
Tegucigalpa, 16 feb (EFE).- El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio José Báez Ortega, quien se convirtió en el segundo miembro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua a quien las autoridades judiciales de su país le retiran la nacionalidad, agradeció este jueves a Dios por ser nicaragüense.
«¡Dios de la vida y de la liberación! Te doy gracias por ser nicaragüense», exclamó en Twitter el influyente obispo, que se encuentra fuera de Nicaragua desde hace cuatro años por decisión del papa Francisco por motivos de seguridad.
Ser nicaragüense es «un orgullo que nadie jamás podrá arrebatarme», agregó Báez, un férreo crítico del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y que ahora reside en Estados Unidos.
«Te pido que nos guíes en el camino hacia la liberación de nuestro país, en donde el pueblo es oprimido y tu santa Iglesia perseguida. Por Cristo, nuestro Señor», exhortó el religioso en su publicación, en la que compartió un arte en la que una mano alza la bandera de Nicaragua, con un mensaje al lado: «¡Un pueblo crucificado, siempre resucitará!».
OBISPO BÁEZ: SON CRIMINALES
Las autoridades de Nicaragua despojaron el miércoles de su nacionalidad a otros 94 nicaragüenses, con lo que suman 317 en la última semana, incluido el obispo Rolando Álvarez, condenado a más de 26 años de prisión tras negarse a ser desterrado por el Gobierno de Ortega a territorio estadounidense.
También están los 222 presos políticos que fueron excarcelados y expulsados hacia Estados Unidos el 9 de febrero pasado, incluido 11 religiosos.
En la nueva lista de 94 nicaragüenses declarados apátridas sobresalen el obispo Báez, así como los escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli.
El pasado 12 de febrero, durante su homilía, Báez calificó de «criminales» a quienes atentan contra la libertad de las personas inocentes, denigran su dignidad con falsedades, se ensañan para humillarlas, las tratan con crueldad y las condenan injustamente, en referencia al obispo Álvarez y a los 222 presos desterrados.
«Son criminales quienes llevan a la cárcel a personas justas y quienes destierran a los ciudadanos de su propio país», señaló el obispo carmelita.
«Estos actos abominables no son solo caprichos de gente desquiciada, irregularidades jurídicas o incumplimiento de normas internacionales, no. Ofender con rabia, difamar por venganza, encarcelar injustamente, torturar con saña y condenar al destierro son auténticos crímenes y quienes actúan de este modo son criminales, que deberán comparecer ante la justicia tarde o temprano», apostilló.
SACERDOTE: NO VENDO LA SOBERANÍA A LOS RUSOS NI A LOS CHINOS
El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua encabeza la lista de religiosos, entre los 94 nicaragüenses despojados de su nacionalidad, que incluye a los sacerdotes Edwin Román -sobrino del héroe nacional Augusto C. Sandino-, Harving Padilla y Uriel Vallejos.
«Soy orgullosamente nicaragüense. Se equivocan los dictadores de Nicaragua, Rosario Murillo y Daniel Ortega, que me despojan de mi nacionalidad con un vulgar escrito», reaccionó el párroco Román, también exiliado en EE.UU, en Twitter.
«Yo no entrego ni vendo la soberanía de mi país ni a los rusos ni a los chinos. Volveré en libertad», añadió el sacerdote, que publicó una foto suya en la que aparece ataviado con una camisa de colores azul y blanco, los de la bandera de Nicaragua, y la leyenda «NICA».
En cambio el presbítero exiliado Vallejos parafraseó en un mensaje la canción «Nicaragua Mía», cuya letra dice: «Soy puro pinolero, nicaragüense por gracias de Dios» y agregó: «Viva Nicaragua libre».
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se acentuó tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión o en el exilio.