Sobre el “Diálogo para Reformas a la Seguridad Social”

Por PEDRO LUIS CASTELLANOS

El pasado 25 de enero se realizó la primera sesión de trabajo de la “Mesa sobre Reformas a la Seguridad Social”, del Diálogo sobre Reformas invitado por el Sr. Presidente de la República, en el marco del Consejo Económico y Social (CES).

Este diálogo podría ser una oportunidad valiosa para consensuar, o al menos identificar, reformas al marco legal constituido por las Leyes 87-01 y 42-01, vigentes desde hace 21 años.  Este diálogo se da en un contexto internacional y local que no podría ser ignorado. En varios países, particularmente Colombia y Chile, cuyas reformas en salud y pensiones fueron inspiración y modelos para nuestro país, viven procesos en los cuales la ciudadanía ha reclamado cambios relevantes con mucha fuerza.  A nivel nacional, más allá de reconocer los avances logrados, hay una creciente insatisfacción y demanda ciudadana de actualización y reforma, tanto en salud como en pensiones. Esta expectativa ciudadana no puede ser ignorada en esta Mesa de Diálogo, so pena de transformar en frustración las que hoy son esperanzas.

La primera sesión de trabajo fue breve, alrededor de una hora, y estuvo afectada por un hecho ajeno al Diálogo mismo, relacionado con el local. Prácticamente se limitó a la enumeración, por parte del Sr. Ministro de Trabajo y Presidente del Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS), de los que el Gobierno considera los temas prioritarios para las reformas. Enumeró 10 temas sin presentar, más allá de algunas pinceladas, tal vez por el corto tiempo disponible, las propuestas del sector gubernamental para reformar en cada uno de ellos.

Los temas enumerados fueron: a) Afiliación universal de toda la población. b) La protección de salud para las personas pensionadas. c) Prestaciones y beneficios para los afiliados. Incluida la ampliación del núcleo familiar con parientes consanguíneos y los padres y madres. d) Sobre las pensiones; vinculación de las cotizaciones al salario mínimo del sector de trabajo, unificar criterios sobre el “sistema de reparto”, viabilizar el ahorro voluntario, mejorar las pensiones por discapacidad y el contrato póliza; así como, en el campo de salud, el elevado gasto de bolsillo. y el catálogo de beneficios del Plan Básico de Salud. e) Fondo de Protección al Desempleado y Seguro de Desempleo. f) Primer Nivel de Atención de Salud y Atención Primaria de la Salud. g) Fortalecimiento del régimen de consecuencias. h) Modificaciones a los mecanismos de decisión en el CNSS y fortalecimiento de la gobernanza. i) Sostenibilidad financiera del sistema y su relación con la tasa de reemplazo de los pensionados, atención a la primera infancia, productividad y calidad de las atenciones de salud; y  j) Atenciones por accidentes de tránsito. Sostenibilidad sin que se afecte la atención a las personas. El Sr. Ministro de Trabajo destacó que la agenda debe ser acordada por todos los participantes y que su presentación debe ser considerada una propuesta que puede ser mejorada. La de

En el breve intercambio alrededor de la presentación, algunos participantes destacaron la necesidad de coordinar algunos temas con otras mesas (pensiones, salud y reformas institucionales, entre otras). También fue destacado que el diálogo se enriquecería si previo a dialogar sobre temas particulares, puntuales, se dialogara sobre los diseños y modelos del Seguro Familiar de Salud y del Seguro de Pensiones vigentes, como políticas públicas de protección social, e identificar cuales aspectos podrían ser actualizados o modificados.

Otro aspecto que favorecería avanzar, sería que el Gobierno, ya que es el convocante del “Diálogo por las Reformas”, explicitara sus propuestas, aun cuando puedan ser preliminares, para cada uno de los 10 temas que ha propuesto trabajar. Esto contribuiría a ordenar los aportes de los diferentes sectores representados.

Convendría mucho programar algunas sesiones de trabajo conjuntas con la Mesa que trabaja reformas en Salud, para considerar simultáneamente los temas más estructurales de dicho sistema de salud y su financiamiento.

El limitado tiempo asignado para los diálogos podría conspirar contra la posibilidad de conocer mejor los posibles consensos y diferendos. Si el Gobierno considera que sus necesidades no permitirían los tiempos necesarios, tal vez convenga delimitar mejor los alcances de la agenda inmediata de trabajo y dejar abierta una oportunidad, en el marco del CES, para trabajar con tiempo suficiente, e incluso facilitar que los sectores puedan hacer consultas con sus representados, los temas más de fondo que puedan ser identificados en la Mesa de Diálogo. Atropellar las consideraciones de temas tan relevantes y referidos a una política social de tanta relevancia y que toca tan de cerca derechos fundamentales y expectativas tan fuertes de la ciudadanía, podría resultar contraproducente

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