Starmer preside una reunión de emergencia para abordar la ola de violencia en varias ciudades británicas
Londres, 5 agosto .- El primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, celebra este lunes una reunión del comité de emergencia Cobra para abordar los disturbios del fin de semana en varias ciudades del Reino Unido instigados por grupos de ultraderecha.
Se espera que a esta reunión en la residencia oficial de Downing Street asistan algunos ministros, representantes de las fuerzas del orden y los servicios secretos, así como funcionarios.
El objetivo de esta cita, según adelantan los medios, será evaluar el alcance de la revuelta y cómo las autoridades responderán a la situación en los próximos días.
En los desórdenes del fin de semana, más de 170 personas fueron arrestadas después de que los agentes fueran atacados con piedras, botellas, latas de cerveza, cubos de basura o sillas, mientras que los grupos de ultraderecha también atacaron mezquitas y hoteles.
Los alborotadores “pagarán” por la violencia
Starmer dijo el domingo que los alborotadores “se arrepentirían” de participar en el vandalismo y prometió que los involucrados en las revueltas “se enfrentarían a todo el peso de la ley”.
También la ministra británica de Interior, Yvette Cooper, avisó este lunes a los responsables de los disturbios que “pagarán” por los altercados y resaltó que la Policía tiene su apoyo para perseguir a los responsables.
“Es una vergüenza total y tiene que haber un ajuste de cuentas. Aquellos individuos que están involucrados en el desorden necesitan saber que pagarán un precio”, dijo Cooper a la cadena Sky News.
“He dejado claro a la policía que tiene todo mi apoyo para perseguir a todos los infractores, desde aquellos que aparecieron en el último minuto y se unieron al saqueo, hasta algunos de los manifestantes que buscaban provocar incendios realmente peligrosos, daños peligrosos y violencia criminal, porque no podemos tolerar esto”, agregó.
Más seguridad en las mezquitas
Además, el ministerio de Interior anunció que habrá una mayor protección de las mezquitas en virtud de un nuevo “proceso de respuesta rápida” pensado para responder a la amenaza de ataques a lugares de culto.
Una gran multitud se reunió el domingo ante una mezquita en Middlesbrough, en el norte de Ingalterra, y otras también fueron atacadas, mientras que en Rotherham, también en el norte, los manifestantes antiinmigración rompieron las ventanas de un hotel que alberga a solicitantes de asilo e incendiaron un área de la planta baja.
Horas después, en una declaración, el primer ministro británico, condenaba lo ocurrrido: “si se ataca a las personas por el color de su piel o su fe, entonces eso es extrema derecha y estoy dispuesto a decirlo. Esto es violencia, no es protesta. No importa cuál sea el motivo”.
Aunque estos grupos llevan semanas organizando protestas, la tensión aumentó a raíz del ataque con arma blanca del 29 de julio en un centro recreativo en Southport (noroeste inglés), en el que tres niñas murieron y ocho menores y dos adultos resultaron heridos.
El autor del ataque, Axel Rudakubana, de 17 años, nacido en Gales de padres ruandeses, ha sido acusado del asesinato de las pequeñas e intento de asesinato de las otras diez personas, pero el malestar de los grupos ultraderecha aumentó al divulgarse por las redes sociales información falsa de que el agresor era solicitante de asilo que había cruzado en patera el Canal de la Mancha.
Estos disturbios suponen el primer gran desafío para el nuevo primer ministro británico en momentos, además, en que el Parlamento está en receso de verano, lo que impide que los diputados puedan debatir la situación.EFE