Sube al 52 % la probabilidad de que un huracán mayor impacte el Caribe
Miami (EE.UU.) 6 agosto.- La Universidad Estatal de Colorado (CSU, en inglés), referente en meteorología en Estados Unidos, informó este miércoles que la probabilidad de que un huracán mayor toque tierra en las costas del mar Caribe durante la actual temporada de huracanes es del 52 %, lo que es ligeramente superior al promedio histórico.
El último boletín de la universidad mantiene sus estimaciones de una temporada «ligeramente por encima de lo normal» en lo relativo a la actividad de los huracanes tanto en el mar Caribe como en general en el océano Atlántico, durante la que se esperan 8 de estas tormentas ciclónicas de gran calibre.
«El equipo de la CSU pronostica 16 tormentas con nombre durante la temporada de huracanes del Atlántico, que comenzó el 1 de junio y se extiende hasta el 30 de noviembre. De esas 16 tormentas, los investigadores pronostican que ocho se convertirán en huracanes y tres alcanzarán la fuerza de huracán mayor (categorías 3, 4 o 5 de la escala Saffir-Simpson) con vientos sostenidos de 179 kilómetros por hora o más», indicó en el informe.

Huracanes más frecuentes por el agua cálida
En concreto, situó en el 52 % la probabilidad de que un huracán mayor alcance las costas del Caribe, mientras que rebajó al 48 % esa posibilidad para toda la costa continental de Estados Unidos. Ambos registros están por encima del promedio histórico, que es del 47 y del 43 % respectivamente.
Además, hay un 24 % de posibilidades de que un huracán mayor toque tierra en la costa este de Estados Unidos, incluyendo la península de Florida, y un 31 % para la costa sur desde el noroeste de Florida hasta Brownsville, en Texas, según sus modelos.
La temperatura del mar Caribe y del océano Atlántico, ligeramente por encima del promedio, es el principal factor para que los expertos predigan una temporada de huracanes con más actividad de lo habitual.
«El agua cálida del océano alimenta los huracanes. Además, un Atlántico cálido conlleva una presión atmosférica más baja y una atmósfera más inestable. Ambas condiciones favorecen la formación de huracanes», expuso el comunicado.
Y añadió que la posible reducción de la cizalla del viento en agosto en el Caribe, un fenómeno que se refiere a la variación de la velocidad o dirección del viento en una corta distancia dentro de la atmósfera, y disminuye la probabilidad de huracanes, podría aumentar la probabilidad de este tipo de tormentas.
El Atlántico ha sido testigo hasta el momento de las tormentas Andrea, Barry, Chantal y Dexter. Chandal fue la primera que tocó tierra este año en Estados Unidos, y dejó al menos dos muertos en Carolina del Norte.
En Estados Unidos, al menos 250 personas murieron durante la pasada temporada de huracanes, según el informe, que agregó que los daños asociados a las tormentas ascendieron a más de 120.000 millones de dólares. EFE