Sublevación militar en Burkina Faso ocho meses después del golpe de Estado
Uagadugú, 30 sep (EFE).- Ocho meses después de sufrir un golpe de Estado, Burkina Faso se vio este viernes abocada a la confusión y la incertidumbre por una sublevación militar que intenta sofocar la junta castrense en el poder para restaurar la calma.
La Presidencia de transición de Burkina Faso aseguró que mantiene conversaciones con los militares sublevados esta madrugada en la capital, Uagadugú, donde no está claro si se trata de una intentona golpista.
«El teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba (presidente de la junta militar que dirige el país), ante la situación de confusión creada a raíz de un cambio de carácter por parte de algunos efectivos de las Fuerzas Armadas Nacionales (…), invita a la población a observar la máxima prudencia», indicó en un comunicado.
La Presidencia pidió también «mantener la calma ante ciertas informaciones que circulan, en particular en las redes sociales».
«Se están llevando a cabo conversaciones para restablecer la calma y la serenidad. El enemigo que ataca nuestro país solo quiere crear división entre los burkineses para llevar a cabo su acción desestabilizadora», añadió el comunicado oficial, si bien poco después se escucharon disparos cerca del palacio presidencial.
El portavoz del Ejecutivo burkinés, Lionel Bilgo, declaró a la televisión local BF1 que «ningún miembro del Gobierno ha sido detenido», después de que circularan rumores que apuntaban al posible arresto de Damiba.
«Se trata de una crisis interna en el Ejército y se sigue discutiendo en el seno del mismo para encontrar una solución sin escollos», agregó Bilgo.
Consultado por Efe, un teniente del Estado Mayor indicó que Damiba «se encuentra en un lugar seguro» y que «está bien», pero rechazó responder a más cuestiones argumentando que la situación es volátil.
Burkina Faso se encuentra en una situación incierta después de que militares ocuparan desde esta madrugada varias zonas estratégicas de Uagadugú, donde cerraron escuelas, bancos y negocios.
De acuerdo con medios locales, detrás de este movimiento están soldados descontentos de las Fuerzas Especiales que son integrantes de la unidad Cobra.
«Queremos un verdadero señor de la guerra que libere al país», declaró uno de ellos al medio local Infowakat.
DETONACIONES Y DISPAROS
Según constató Efe, los soldados están presentes en los alrededores de la televisión nacional (cuya señal está cortada), la céntrica rotonda de Naciones Unidas, en la avenida Kwame Nkrumah, donde se encuentra la sede de la Unión Europea, y el barrio residencial Ouaga 2000.
En el centro de la capital, Efe pudo ver a ciudadanos aplaudiendo a los soldados que custodiaban ciertas calles de la ciudad, así como a manifestantes que portaban banderas rusas (mercenarios rusos ayudan al vecino Mali en la lucha antiyihadista) y pedían a los militares sublevados el derrocamiento de Damiba.
También se escucharon detonaciones de madrugada en el cuartel militar General Baba Sy, donde comenzó el pasado 24 de enero el golpe de Estado liderado por el actual presidente de transición, y que más tarde dieron paso al sonido de tiros esporádicos.
Estas circunstancias tienen lugar después de que el pasado 26 de septiembre un convoy de suministros que iba escoltado por el Ejército burkinés fuera atacado por terroristas cerca de la norteña ciudad de Gaskindé (provincia de Soum, región del Sahel).
El balance provisional oficial fue de once cuerpos de militares encontrados, 28 heridos (20 de ellos soldados, un voluntario por la defensa de la patria -civiles que colaboran con las Fuerzas Armadas- y 7 civiles) y unos cincuenta civiles desaparecidos.
También este jueves acaeció una protesta en Bobo-Dioulasso, la segunda ciudad del país, en la que los manifestantes portaban pancartas donde podía leerse «Damiba dimisión» o «Queremos la paz».
Burkina Faso soporta frecuentes atentados yihadistas desde abril de 2015, cometidos por grupos ligados tanto a Al Qaeda como al Estado Islámico, cuyas acciones afectan a diez de las trece regiones del país, especialmente al norte.
La inseguridad ha provocado que el número de desplazados internos en Burkina Faso ascienda ya a casi dos millones de personas, según los datos del Gobierno.
En noviembre de 2021, un ataque contra un puesto de la Gendarmería causó 53 muertos (49 gendarmes y 4 civiles), lo que generó un gran descontento social que se tradujo en fuertes protestas para exigir la dimisión del presidente burkinés, Roch Marc Christian Kaboré.
Unos meses después, el pasado 24 de enero, los militares liderados por Damiba tomaron el poder en un golpe de Estado -el cuarto en África occidental desde agosto de 2020- y depusieron al presidente.
Tiga Cheick Sawadogo