Testigo del tiempo: Oro y testosteronas políticas
J.C. Malone
El clima, los sistemas políticos y económicos están cambiando, “dejar las cosas como están”, sería una estupidez antológica. La mitad de los países del mundo ya no usan el dólar para sus transacciones internacionales, usan sus propias monedas que planean respaldar con oro.
Estos cambios merman el poder e influencia política estadounidense, aumenando automáticamente la importancia estratégica del oro.
El precio del oro, ante la devaluación del dólar, aumento un 20 por ciento en el último semestre.
Hoy nickel y litio son fundamentales para fabricar baterías de vehículos eléctricos.
Chile recién nacionalizó sus yacimientos de litio, los principales del mundo, hace un año México hizo lo mismo, e Indonesia, gran productor de nickel, prohibió exportarlo.
Gobierno y oposición dominicana deben ponerse de acuerdo para nacionalizar el oro y el nickel, ahora o nunca. Podemos alcanzar un mejor nivel de vida, o perpetuar la pobreza.
La pregunta es: ¿el liderazgo dominicano, tendrá las testosteronas políticas necesarias para aprovechar este momento único e irrepetible?.
Cuando un hombre no llena las expectativas de una mujer, ella rompe las relaciones con él, se busca otro que la ayude a alcanzar sus objetivos. Eso debemos hacer con nuestro liderazgo político si resulta incapaz de aprovechar la coyuntura histórica actual.
El momento demanda una nueva generación de lídres políticos.
No debemos elegir a Leonel Fernández, él cambió todo nuestro oro por “dildo-vibrador” para masturbar su ego, una ridícula plaquita certificándolo como “Estadista (entreguista) de las Américas”.
La importancia estratégica del oro se demuestra en dos hechos recientes: En Sudán estalló la guerra del oro, dos generales disputándose el control de los yacimientos desataron una guerra civil. En Canadá se robaron millones en lingotes de oro de un aeropuerto en Toronto.
Para disfrutar nuestras riquezas de oro y nickel, necesitamos un nuevo liderazgo.