Todos somos responsables
Ellis Pérez
@EllisPerezSr
Recientemente, hemos tenido varios casos de jóvenes adultos que han perdido la vida después de haber estado bajo el control de miembros de la Policía Nacional. Ese tipo de accionar está en contra de las leyes vigentes y toda norma de respeto a los derechos humanos. Hay quienes señalan que una buena cantidad de los “intercambios de disparos” no son legítimos y que su referencia solo se usa para tratar de legitimar simples asesinatos. Esos casos, obviamente, también son rechazados.
Hace poco escuché a una persona entendida decir que el 72% de los casos de criminalidad suceden en ambientes no públicos, es decir, en la intimidad de los hogares y en otros sitios cerrados donde el gran público ni las autoridades tienen acceso, por lo que el comportamiento policial no resulta ser un factor decisivo.
Se habla mucho de la gran necesidad de que los miembros de la policía nacional reciban un entrenamiento largo y minucioso que propicie un comportamiento más controlado y respetuoso de los derechos humanos: sin embargo, vemos sociedades ricas y avanzadas como la de USA, por ejemplo, donde los desmanes y abusos policiales, que terminan costando las preciosas vidas de muchos ciudadanos, no son ni más respetuosos ni más efectivos que los de aquí.
Creo que los padres y adultos mayores, parientes de jóvenes adultos que actúan con poco control de sus acciones y en algunos casos sin ningún control deben ocuparse de proveer una más efectiva orientación a sus hijos y parientes que pueda devenir en una mayor supervisión de sus actos previniendo así el auto descontrol por efectos de alcohol, drogas y esquizofrenia que tantas veces produce agresión ante el gran público y algunos veces ante las mismas autoridades.
Una autoridad uniformada y con un arma en el cinto debe ser objeto de respeto y no agresión, so pena de recibir una reacción de autodefensa que muy bien podría estar justificada.
Dicho todo esto, es necesario que los jefes policiales emplacen a sus subalternos a respetar la vida de todo aquel que ya está bajo su control, so pena de ser enjuiciados drásticamente como cualquier otro criminal. Con aplicar ésta simple fórmula es mucho lo que se puede lograr. Insto a las autoridades, a todos los niveles, así como a la ciudadanía, a poner atención a estos señalamientos, porque, al fin y al cabo, todos somos responsables.