Trump reconoce que los aranceles «dolerán» en EE.UU. pero «merecerá el precio a pagar» (Video)
Nueva York, Toronto, 2 febrero.- El presidente estadounidense Donald Trump reconoció este domingo que los aranceles que anunció el sábado a las importaciones de Canadá, México y China causarán «dolor» a Estados Unidos, pero los justificó en que el resultado «merecerá el precio a pagar».
Trump firmó ayer tres órdenes ejecutivas con las que cumplía sus amenazas de imponer aranceles del 25 % a Canadá y México y del 10 % a China, unas medidas que entrarán en vigor el martes y a las que se espera que estos países respondan con represalias comerciales.
«¿Habrá algo de dolor? Sí, quizás (¡y quizás no!). Pero haremos EE.UU. grande de nuevo y todo merecerá el precio a pagar», escribió el mandatario en mayúsculas en su red social Truth Social, e instó a sus tres mayores socios a «hacer su producto en EE.UU. y no habrá aranceles».
Trump, que dirigió su mensaje a un supuesto «lobby» globalista contra los aranceles, aseguró que EE.UU. «subvenciona» a otros países y que estos «pagan una pequeña fracción del costo que los ciudadanos estadounidenses pagan por los medicamentos y (productos) farmacéuticos».
Y volvió a reclamar la anexión de Canadá en otro mensaje, en el que afirmó que EE.UU. no necesita los recursos ni productos de su vecino y que, sin ese «subsidio», «dejará de existir como un país viable».
Aranceles canadienses tienen como objetivo presionar a los aliados de Trump
Los aranceles del 25 % que Canadá aplicará a algunos productos estadounidenses a partir del martes tienen como principal objetivo presionar a estados y segmentos económicos cercanos al presidente de EE.UU., Donald Trump, según reconocieron este domingo altos funcionarios canadienses.
Los funcionarios, que solicitaron el anonimato como requisito para hablar con los medios de comunicación, también añadieron que el segundo objetivo es asegurar que los consumidores canadienses encuentren alternativas, especialmente si son productos canadienses.
Los primeros aranceles que entrarán en vigor el 4 de febrero afectarán a productos por valor de 30.000 millones de dólares, entre ellos zumos y frutas (que en muchos casos proceden de Florida), electrodomésticos (Carolina del Sur y Ohio) y motocicletas (Pensilvania).
Los productos más afectados por estos gravámenes canadienses son cosméticos (3.500 millones de dólares), electrodomésticos (3.400 millones de dólares), productos papeleros (3.000 millones de dólares) y neumáticos (2.000 millones de dólares).
A partir del 25 de febrero, Canadá tiene planeado ampliar la lista de productos afectados por los aranceles, siguiendo los mismos criterios, a otros 125.000 millones de dólares de importaciones estadounidenses.
Los representantes canadienses destacaron que el objetivo de las represalias comerciales canadienses no es provocar una escalada en la incipiente guerra comercial, sino «persuadir» al Gobierno estadounidense para que las relaciones comerciales vuelvan a la normalidad.
También señalaron que aunque las autoridades canadienses están «teniendo detalladas conversaciones» con sus homólogos mexicanos, y que estos contactos continuarán en las próximas semanas, el diálogo «no representa acciones coordinadas».
Vinos, cervezas y licores estadounidenses desaparecen de las tiendas canadienses
Los primeros efectos de la incipiente guerra comercial desatada por la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles del 25 % a los productos canadienses ya empieza a ser visible: la desaparición de los vinos, cervezas y licores de EE.UU. de las tiendas de Canadá.
Este domingo, la provincia de Ontario, la más industrial y poblada del país, anunció que a partir del martes las tiendas de LCBO (la empresa provincial que hasta hace poco tenía el monopolio para la venta de productos alcohólicos en el territorio) dejará de vender bebidas «Made in USA».
La medida es significativa: LCBO, uno de los mayores compradores individuales de productos alcohólicos del mundo, vende cada año bebidas alcohólicas estadounidenses por valor de 1.000 millones de dólares canadienses (680 millones de dólares de EE.UU.).
La provincia de Columbia Británica también ha tomado una medida similar aunque un poco más refinada: el monopolio provincial dejará de vender bebidas producidas en los llamados estados «rojos» de EE.UU., aquellos que están bajo control del Partido Republicano de Trump.
La decisión se ha empezado a repetir en el resto del país: Quebec, Nueva Escocia, Terranova y Labrador también han ordenado a sus tiendas de bebidas alcohólicas que dejen de colocar artículos estadounidenses en sus estanterías.
Una guerra comercial
El mandatario, que está pasando el fin de semana en sus propiedades de Florida, insistió en que EE.UU. tiene «grandes déficits» con Canadá, México y China, que estos permiten la entrada de «delincuencia» y «drogas venenosas», y agregó que es hora de dejar de ser «el país estúpido».
Los aranceles de Trump amenazan con llevar a EE.UU. a una guerra comercial a tres bandas, pues los tres países afectados han hecho caso omiso a las advertencias de Trump de que aumentará sus gravámenes si tomaban represalias y las han prometido con mayor o menor concreción.
El sector automotor teme medidas arancelarias
El sector del automóvil norteamericano teme que los aranceles del 25 % impuestos por Donald Trump, que entrarán en vigor el martes, pueden colapsar la producción de vehículos en semanas.
Brian Kingston, presidente de la Asociación Canadiense de Fabricantes de Vehículos (CVMA en inglés), formada por General Motors, Ford y Stellantis, declaró a la radiotelevisión pública canadiense CBC que el sector «se enfrenta a posibles parones en Norteamérica, no solo en Canadá y México, sino también en Estados Unidos».
Kingston añadió que los aranceles del presidente estadounidense supondrán la destrucción de empleos y el aumento «en miles de dólares» de los precios de los automóviles para los consumidores estadounidenses.
En términos similares se expresó el presidente de la Asociación de Fabricantes de Partes del Automóvil (APMA en inglés), Flavio Volpe, cuya organización agrupa a decenas de fabricantes de componentes en Canadá, que prevé que «la producción de partes y vehículos en Norteamérica parará» en pocos días.
Linda Hasenfratz, presidenta de uno de los más importantes integrantes de APMA, el fabricante Linamar, señaló al periódico canadiense The Globe and Mail que la producción norteamericana cesará en una semana.
«Va a crear un coste exorbitante y nuestros clientes no pueden absorberlo. Los consumidores, por supuesto, no van a pagarlo, así que la demanda se desintegrará», afirmó la empresaria.
Sectores económicos integrados
Linamar produce transmisiones y componentes de motores. Tiene 5 plantas en México, 17 en Estados Unidos y 30 en Canadá.
El sector del automóvil en EE.UU. y Canadá está profundamente integrado desde la década de 1950 y algunas partes cruzan la frontera entre los dos países hasta ocho veces; lo mismo sucede entre EE.UU. y México.
En Estados Unidos, MichAuto (la asociación de productores del sector en el estado de Michigan) criticó los aranceles y advirtió del «daño colateral» que provocarán.
«Nuestras economías están unidas de forma íntima», dijo su director ejecutivo, Glenn Stevens, en un comunicado.
«MichAuto y sus integrantes están preocupados por el daño colateral que sufrirá el sector manufacturero, el impacto que tendrá en los empleos de los habitantes de Michigan y el hecho de que los consumidores sentirán el aumento del coste», añadió.
Por ejemplo, el 40 % de la producción norteamericana de General Motors (GM) se efectúa en Canadá y México. Sólo en este último país, GM produce unos 845.000 vehículos que luego son exportados en su mayoría a EE.UU. y Canadá.
Ford produce más de 350.000 automóviles en México que luego son exportados a EE.UU., y la japonesa Nissan 326.000. EFE