Ucrania trata de restaurar el suministro mientras se adapta a los apagones
Leópolis (Ucrania), 16 nov (EFE).- Varias regiones de Ucrania trabajan para restaurar el suministro eléctrico tras los ataques con misiles rusos del martes contra infraestructuras críticas en todo el país, mientras la población intenta adaptarse a la falta de luz y calefacción.
El número de hogares sin suministro eléctrico varía entre dos y cuatro millones, ya que se están aplicando cortes de emergencia en distintos puntos del país, según informó el vicepresidente de la oficina presidencial de Ucrania, Kyrylo Tymoshenko.
Advirtió de que las interrupciones continuarían durante dos o tres días más, aunque según Tymoshenko en algunas regiones como Leópolis, Kiev o Jmelnytskyi ya se ha conseguido estabilizar la situación.
A pesar de ello, en estos momentos sólo el 30 % de los hogares en la región occidental de Leópolis pueden consumir electricidad al mismo tiempo, reveló este miércoles el gobernador, Maksym Kozytskyi, en una comparecencia.
Afirmó que seis de los 13 misiles rusos que alcanzaron la región lograron sortear los sistemas de defensa aérea e impactaron en tres instalaciones de la infraestructura esencial, incluidas dos que ya habían sido golpeadas en la oleada de ataques del mes pasado.
Aún así, mientras que el martes el 80 % de Leópolis capital permanecía sin electricidad, este miércoles la mayoría de los usuarios ya han visto restablecido el suministro.
El alcalde de la ciudad, Andriy Sadovyi, informó de que también se ha restaurado el suministro de calefacción central y de agua, aunque recomendó a los ciudadanos que se preparen para nuevos ataques almacenando agua, baterías portátiles y ropa de abrigo.
Los ataques del martes revelaron que los comercios locales y los ciudadanos habían tomado medidas para estar preparados ante nuevos cortes de suministro y habían acumulado fuentes alternativas de luz y calor.
Así, aunque la mayor parte de la ciudad quedó sumida en la oscuridad, algunas tiendas, restaurantes y farmacias siguieron funcionando gracias a generadores de diésel o gasolina, colocados en las entradas de los edificios para evitar la acumulación de gases.
«Es suficiente para generar electricidad para nuestra farmacia durante unas doce horas», dijo a EFE el gerente de una farmacia.
Una tienda cercana atendía a sus numerosos clientes, que compraban sobre todo pan y comidas precocinadas, con la pequeña estancia tenuemente iluminada con linternas.
Los pagos debían realizarse principalmente en efectivo, ya que los operadores móviles se centraron en garantizar la realización de llamadas y el envío de mensajes y el acceso a internet era intermitente.
Al contrario que durante apagones anteriores, muchos residentes paseaban, se desplazaban en bicicleta o incluso salían a correr por las calles oscuras, algunos de ellos alumbrándose con linternas y otros portándolas sujetas a la cabeza.
No obstante, con las temperaturas a punto de caer por debajo de cero grados centígrados por primera vez este otoño, es probable que la calefacción se convierta pronto en un problema de mucho mayor calado.
Quienes todavía poseen viejos calefactores de gas han podido por el momento mantener sus apartamentos calientes, ya que no hay escasez de suministro de gas, y se han iluminado con velas, linternas y baterías portátiles.
Sin embargo, muchos edificios de nueva construcción dependen casi exclusivamente de sistemas de calefacción de base eléctrica.
Muchos ayuntamientos, entre ellos los de Kiev y Leópolis, están animando a las organizaciones de vecinos a comprar generadores de diésel, aportando subvenciones de entre el 50 y el 70 % de su precio.
No obstante, la oferta de generadores, así como la de baterías de coche -usadas también para cubrir las necesidades de electricidad básicas- es escasa, a pesar de que la semana pasada el Gobierno ucraniano eliminó todos los impuestos y aranceles sobre su importación.
Tymoshenko señaló que las autoridades están trabajando en un plan para instalar por todo el país «plantas de calefacción» de emergencia en las que los vecinos puedan entrar en calor, disfrutar de una comida caliente y cargar sus teléfonos móviles en el caso de que se produzcan más apagones.
Además, hizo hincapié en que ahora mismo las evacuaciones no están sobre la mesa, sino que el Estado está trabajando para garantizar que todas las ciudades cuenten con electricidad y calefacción.
Rostyslav Averchuk