Último debate presidencial en Chile deja las espadas en alto a cinco días de las elecciones
Santiago de Chile, 10 Diciembre.- La izquierdista Jeannette Jara y el ultraderechista José Antonio Kast protagonizaron la noche de este martes un intenso debate presidencial que evidenció la distancia que existe entre sus modelos de país y su diferente aproximación para resolver las principales preocupaciones de la población, como la seguridad, el control migratorio y el crecimiento económico, a cinco días de la segunda vuelta en Chile.
Moderados por un grupo de cinco periodistas, los candidatos mantuvieron el último debate que dejó las espadas en alto, con una Jara que se mostró aplomada y precisa en sus argumentos, y un Kast nervioso, que cometió graves errores en cifras y conceptos, y que optó por una escenografía presidencialista del que se siente ganador sin necesidad de saltar a la cancha.
En el encuentro, organizado por la Asociación Nacional de Televisión (Anatel), ambos candidatos contrastaron sus visiones en nueve espacios temáticos, siendo uno de los primeros la capacidad de gobernabilidad que cada uno le propone al país sudamericano, que según expertos vive hace décadas una profunda crisis política y para la que ambos subrayaron la necesidad de «acuerdos».

Duro primer bloque
La exministra del Trabajo acorraló varias veces a su oponente por asuntos como una declaración de un parlamentario republicano que sugirió indultos a condenados por pedofilia, por su posición en contra de la ley que redujo la jornada laboral a cuarenta horas semanales y sus contradicciones sobre el control migratorio.
Debatiendo sobre seguridad, Jara aseguró que no firmará indultos durante su gobierno, y volvió a cuestionar al candidato ultraderechista por su apoyo al criminal de lesa humanidad Miguel Krassnoff, a quien llamó irónicamente «tu amigo», considerado uno de los torturadores más sanguinarios de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989).
Kast, que corre su tercera carrera presidencial, rechazó las supuestas intenciones de indultar pedófilos y aseguró que «todos los que cometan delitos graves van a permanecer en la cárcel» pero no descartó liberar a criminales de la dictadura por «razones humanitarias».
«Lo peor que nos puede pasar es que no sepamos quién está en Chile. Los que no se empadronen, se expulsarán», detalló Jara respecto a la situación migratoria irregular, tras ser cuestionada por señalar al inicio de su campaña un proceso de regularización acotada.
«Tu presidente ni siquiera ha sido capaz de abrir un corredor humanitario», espetó Kast, a lo que Jara respondió: «Cuando quieras hablar con el presidente Boric, habla con él (…) Tranquilízate un poquito».

«Falta de experiencia» y «oídos tapados»
Uno de los momentos más álgidos del debate fue cuando Jara, que representa a la coalición progresista más amplia de la historia, desde el Partido Comunista (PC) hasta la Democracia Cristiana (DC), le enrostró a Kast «falta de experiencia» en la administración pública.
Después de que Kast la interpelara por su rol en el comité político durante momento críticos para el actual Gobierno, Jara respondió: «Hice importantes obras del país a diferencia tuya que estuviste 16 años e hiciste bien poco».
Consultado Kast por los derechos de las diversidades sexuales en Chile, señaló que su sector ha «respetado la dignidad humana» y que «jamás se ha usado una consigna para ganar unos votos más», acusando a la izquierda de tener «oídos tapados por ideología» al momento de enfrentar problemáticas en las que se han instalado «prejuicios».
Pese a ganar la primera vuelta del pasado 16 de noviembre, con el 26,9 % de los votos, Jara tiene pocas posibilidades de ganar segunda vuelta, según todas las encuestas.
Kast, en cambio, quedó segundo con el 23,9 % de los votos, pero ya ha recibido el apoyo del ultraderechista libertario Johannes Kaiser y de la exalcaldesa Evelyn Matthei, representante de la derecha tradicional: entre los tres sumaron entonces más del 50 %.
Parisi, clave en los comicios
Sin embargo, expertos advierten que Matthei no representa a toda la derecha tradicional, que se encuentra dividida, y señalan que hay un 20 % de votantes, aquellos que en primera vuelta apoyaron al populista de derechas Franco Parisi, quien quedó tercero, cuyo voto es un incógnita en un proceso electoral en el que por vez primera el voto es obligatorio.
El presidente que salga de las urnas tendrá que lidiar a partir del 11 de marzo con un Legislativo sin fuerzas mayoritarias, donde el bloque de derecha y ultraderecha está a dos diputados del 50 % en el Congreso y donde los votos de del populista PDG, de Franco Parisi, también dividido, serán clave. EFE

