Un obispo defensor de los migrantes asume en Palm Beach, una diócesis marcada por el peso político de Mar-a-Lago
Miami, Florida, 20 de diciembre.– El papa León XIV designó este viernes al sacerdote Manuel de Jesús Rodríguez como nuevo obispo de Palm Beach, una diócesis del sur de Florida que reviste una relevancia simbólica y política particular por albergar a Mar-a-Lago, la residencia del presidente estadounidense Donald Trump.
El nombramiento ha sido interpretado por sectores eclesiales y sociales como una señal clara del compromiso del pontífice con la defensa de los migrantes, especialmente en territorios donde el debate migratorio es intenso y altamente politizado.
Rodríguez, de origen dominicano, ha desarrollado gran parte de su ministerio pastoral en comunidades marcadas por la inmigración y la pobreza. Nacido en la República Dominicana, emigró a Nueva York en 2009 y obtuvo la ciudadanía estadounidense en 2018.
Hasta su designación episcopal se desempeñaba como párroco de la iglesia Nuestra Señora de los Dolores, en el sector de Corona, Queens, una parroquia vibrante que atiende a unos 17,000 fieles, en su mayoría inmigrantes latinoamericanos y caribeños.
Durante su gestión pastoral en Nueva York, Rodríguez se distinguió por un acompañamiento activo a familias migrantes en situación vulnerable. Junto a su equipo parroquial, ofreció apoyo espiritual, orientación y asistencia a personas enfrentadas a procesos de deportación iniciados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, convirtiéndose en una figura de referencia para comunidades que viven con temor e incertidumbre ante las políticas migratorias restrictivas.
Ahora, como obispo electo de Palm Beach, tendrá bajo su responsabilidad pastoral a unos 260,000 católicos en una diócesis que combina realidades contrastantes: desde zonas de alto poder adquisitivo y visibilidad política internacional, hasta comunidades de trabajadores migrantes, personas empobrecidas y sectores vulnerables.
El hecho de que esta jurisdicción incluya Mar-a-Lago añade un componente simbólico al nombramiento, al situar a un firme defensor de los derechos de los migrantes en lo que muchos consideran el epicentro social del trumpismo.
La decisión del papa León XIV se inscribe en una línea pastoral coherente con su postura crítica frente a las políticas antiinmigrantes impulsadas durante la administración Trump. El pontífice ha manifestado en distintas ocasiones su rechazo a la criminalización de la migración y su defensa de la dignidad humana, posiciones que han sido respaldadas por el episcopado estadounidense.
En noviembre pasado, los obispos católicos de Estados Unidos emitieron un mensaje especial condenando las deportaciones masivas y la estigmatización de los migrantes, haciéndose eco del llamado papal.
Asimismo, figuras influyentes dentro de la Iglesia, como el cardenal Blase Cupich, han advertido que las redadas migratorias “hieren el alma” de las comunidades y han reiterado que la Iglesia se mantiene del lado de los migrantes.
Florida, y particularmente el sur del estado, se encuentra en el centro de varios de los desafíos que preocupan al papa León XIV, entre ellos la inmigración, la pobreza y el cambio climático. El aumento del nivel del mar amenaza zonas costeras como Miami y Palm Beach, afectando con mayor dureza a las poblaciones más vulnerables.
En ese contexto, la llegada de Manuel de Jesús Rodríguez al episcopado de Palm Beach representa no solo un relevo pastoral, sino también un mensaje claro sobre las prioridades sociales y humanas que la Iglesia busca subrayar en uno de los escenarios más complejos del país.

