Una cumbre por la nación

Por Nelson Encarnación

El encuentro que realiza este miércoles 14 el máximo liderazgo del país puede significar un punto de partida para derribar los escollos que se interponen entre el supremo interés nacional y las cuestiones políticas que se defienden desde una visión partidista.

Casi de manera natural la oposición ha apostado al fracaso de las políticas públicas que se implementan desde el Gobierno, en el entendido de que esa eventualidad generaría capital en términos electorales en el proceso comicial más próximo.

En eso no podemos hacer excepciones, pues toca la casualidad que el país ha estado dirigido en los últimos 30 años por los cuatro actores que se encuentran este miércoles, de modo que han sido—de manera alternada—gobierno y oposición.

Hace un tiempo escuché de uno de los protagonistas del importante encuentro que comentamos, el argumento de que a un opositor le resultaba complicado respaldar decisiones del Gobierno, ya que el beneficio de estas terminaría siendo utilizado como arma electoral, razón por la cual conseguir pactos era muy complejo.

A posiciones como la señalada se debe que no existan en nuestra historia reciente iniciativas de alcance duradero, a lo cual se puede atribuir la falta de soluciones a los problemas de mayor envergadura.

Sin embargo, dado que la reunión presidencial a solicitud del jefe del Estado no tiene como objetivo la consecución de la firma de ningún acuerdo, se pudiera apostar a algún resultado posterior mediante la presentación de ideas, particularmente de los ex gobernantes Leonel Fernández y Danilo Medina, que son los opositores.

Sabemos que, en su caso, el ex mandatario Hipólito Mejía ha avanzado que presentaría algunas ideas, las que resultarían más fácil de aceptar por el presidente Luis Abinader, dado que son compañeros de partido.

El liderazgo de los partidos Fuerza del Pueblo y de la Liberación Dominicana también deberían asumir el compromiso de presentarle al Gobierno sus planteamientos al quien, en definitiva, le corresponde implementar las políticas públicas.

Lo que no pueden permitir los máximos líderes de este país es que, luego de concretar un episodio poco habitual, al final el encuentro no pase de un grato momento para una buena foto periodística.

Estamos hablando de una situación que se ha agravado con el paso de los años, y si bien debemos resaltar que en todos los gobiernos de las últimas décadas se han adoptado medidas para evitar su deterioro, también es preciso señalar que el descuido ha sido mayor, como lo evidencia el hecho de que, por más fuerzas que se movilicen a la frontera, los indocumentados se las arreglan para ingresar a nuestro territorio.

En definitiva, todo en la vida de los seres humanos se mide a partir de resultados, por lo cual, el balance entre las medidas adoptadas y la cantidad de haitianos que ingresan, deja en evidencia un notable fracaso.

De modo que, con la convocatoria del presidente Abinader y la aceptación de sus antecesores, llegó el momento que, a partir de este 14 de mayo, todos nos pongamos a una para afrontar con determinación un problema cuyo desenlace en el futuro se avizora que no podrá ser menos que cruento. ¡Estamos a tiempo!

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