Una sociedad enferma

Por ANULFO MATEO PEREZ

La violencia continúa siendo un fenómeno preocupante en todo el planeta, y en particular en la sociedad dominicana donde se ha incrementado de forma inusitada, lo que debe ser estudiada por los expertos y al Estado a reducirla, ya que afecta a todos, y mucho más a los sectores empobrecidos.

Las causas son multifactoriales: neuro-psico-biológicas y condicionamientos económico-sociales y políticos. Por un lado, el sistema capitalista estimula ignorancia, individualismo, insolidaridad, hedonismo, codicia y criminalidad, entre otras miserias.

Por el otro, el ser humano arrastra —desde su origen— esos instintos y conductas, de los cuales aún no ha podido zafarse totalmente. José Sanmartín sostiene que la exclusión social multiplica por cuatro el riesgo de la violencia individual y colectiva.

Representan la herencia de nuestros antepasados los reptiles, mamíferos y primeros primates —hace unos 40 mil años— como han sostenido Konrad Lorenz y otros etólogos.

En el cerebro límbico, ganglios basales y el complejo estrío-palidal, se origina la crueldad inútil de las torturas y vejaciones, vestigios del cerebro reptílico, más que primitivo.

Entonces, resulta fácil que el capitalismo condicione a muchos seres humanos a una conducta primitiva, psicopática, brutal… como observamos en los medios de comunicación, incluso en sociedades más desarrolladas que la nuestra.

Los obispos analizan la crisis nacional y los abusos de quienes gobiernan contra la sociedad. Psiquiatras y psicólogos coinciden en que la conducta psicopática tiene una causalidad neuro-psico-biológica, económica, social y política.

¡Urge cambiar la sociedad para contrarrestar lo primitivo y brutal de los seres humanos, estimulando sus inmensas potencialidades positivas!

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