Urgen reglamentaciones para el uso y mantenimiento de edificaciones privadas, advierte ingeniero Miguel Liberato

Santo Domingo.– A raíz de la tragedia ocurrida recientemente en la discoteca Jet Set, el ingeniero Miguel Liberato ha advertido sobre la existencia de “vacíos legales” en la supervisión del uso y mantenimiento de edificaciones privadas en República Dominicana.

Sus consideraciones se recogen en su artículo titulado “Gestión de uso y mantenimiento de edificaciones”, publicado tras las afirmaciones del presidente Luis Abinader en La Semanal del pasado lunes, donde reconoció la existencia de un «vacío» en la ley para la supervisión de las obras privadas en el país.

Liberato sostiene que en la República Dominicana no existe una cultura del mantenimiento estructural, ni tampoco un marco normativo que obligue a propietarios de infraestructuras privadas —como plazas comerciales, restaurantes o discotecas— a cumplir con estándares de supervisión y conservación de sus instalaciones, pese a ser espacios altamente frecuentados por la ciudadanía.

“El Estado carece de una herramienta legal que regule la Gestión de Uso y Mantenimiento de Edificaciones en el sector privado”, afirma Liberato, quien insiste en que esta práctica es esencial para garantizar la seguridad, salubridad y confort de las estructuras a lo largo de su vida útil.

El experto explica que una adecuada gestión del uso incluye instrucciones que permiten evitar síntomas patológicos en las edificaciones, derivados de una explotación inadecuada.

Además, destaca la importancia del mantenimiento preventivo, basado en inspecciones periódicas que detecten posibles fallas antes de que se conviertan en amenazas graves.

Actualmente, el Ministerio de la Vivienda, Hábitat y Edificaciones (MIVHED) es la entidad responsable de emitir y gestionar las reglamentaciones técnicas tanto para edificaciones públicas como privadas.

Sin embargo, Liberato, en su articulo que se publica en la sección de opinión de este portal, subraya que se requiere la elaboración urgente de una normativa específica que contemple las particularidades del uso privado, sobre todo en edificaciones con alta afluencia de personas.

“El reglamento debe considerar la vulnerabilidad de las edificaciones ante amenazas naturales, humanas o tecnológicas, y cómo el deterioro de la estructura incide directamente en la seguridad de sus ocupantes”, concluye Liberato.

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