Uruguay vota en un ajustado balotaje entre un nuevo mandato oficialista o la vuelta de la izquierda

POR NAYARA BATSCHKE

MONTEVIDEO, 24 anov — Uruguay votaba el domingo en una segunda vuelta en la que elegirá a su próximo presidente entre el candidato oficialista de la coalición encabezada por el Partido Nacional, Álvaro Delgado, y el opositor Yamandú Orsi, del izquierdista Frente Amplio.

En una jornada electoral que se desarrollaba de manera tranquila y sin mayores incidentes, unos 2,7 millones de uruguayos están llamados a las urnas para resolver la reñida carrera entre Delgado, delfín político del actual mandatario Luis Lacalle Pou, y Orsi, que abandera a una coalición de partidos de izquierda y centroizquierda que gobernó durante 15 años hasta la victoria en 2019 del centroderechista Lacalle Pou.

Los dos candidatos vuelven a verse las caras después de que ninguno alcanzara la mayoría de los votos en los comicios celebrados el 27 de octubre, cuando el Frente Amplio de Orsi fue el bloque más votado y se aseguró el 44% de los votos, mientras que Delgado se alzó con 26,8% del apoyo.

De acuerdo con el más reciente boletín de la Corte Electoral, un 62% de los electores habilitados ya habían votado en la jornada, a falta de cuatro horas para el cierre de los locales de votación.

Por las calles y plazas de la capital uruguaya, muchos de los votantes disfrutaban del domingo soleado luciendo pegatinas, camisetas, gorros y sombrillas de sus favoritos. Las mayores muestras de apoyo se registraban en los automóviles, donde las banderas de los respectivos candidatos colgaban desde las ventanas entre bocinazos.

Las encuestas apuntan hacia una disputa pareja: de un lado, Orsi, de 57 años y heredero del histórico José “Pepe” Mujica, confía en la fortaleza del histórico del Frente Amplio, que gobernó entre 2005 y 2020, para devolverle el poder a la izquierda tras cinco años de ausencia.

Delgado, por su lado, apela a la buena imagen de Lacalle Pou para convencer a los electores sobre la permanencia de la gestión. El candidato fue secretario de la Presidencia.

“A partir de mañana quiero ser el presidente de todos los uruguayos”, recalcó Delgado después de depositar su voto en el Club Banco República del barrio de Pocitos, donde fue recibido, al lado de su esposa, por decenas de militantes que lo animaban entre muestras de apoyo y pedidos de fotos.

Los dos bloques llegan al balotaje en paridad de condiciones, con una leve ventaja de Orsi, quien aunque terminó primero en los comicios de octubre quedó detrás de la suma de los partidos de la coalición (47%) que compitieron por separado.

Orsi votó en la mañana en la Escuela Técnica de Canelones, su fortín político, en medio de una oleada de simpatizantes del Frente Amplio que lo esperaba con banderas y palabras de apoyo. “Es una experiencia increíble, cargada de mucha razón pero de mucho afecto y eso fortalece y te permite mirar al futuro con mucha más esperanza”, dijo a los periodistas sobre el proceso electoral.

Los centros de votación abrieron las puertas a las 8.00 hora local y, como es habitual, el expresidente “Pepe” Mujica, de 89 años y quien se recupera de un cáncer en el esófago, fue uno de los primeros en depositar su voto. El exmandatario llegó a su circuito, ubicado en la escuela número 149 del Cerro de Montevideo, apoyado por un bastón y tuvo que esperar cerca de 10 minutos hasta la apertura de las urnas.

Tras sufragar, Mujica alabó la solidez del proceso electoral en Uruguay y remarcó la importancia de conservarla en las futuras generaciones.

“Uruguay es un país pequeño pero se ha ganado un reconocimiento de ser estable, de tener una ciudadanía que respeta las formalidades institucionales. No es poca cosa en nuestra pobre y golpeada América Latina”, expresó a los periodistas. “Los jóvenes sean conscientes de eso. Costó muchísimo aprender y generar eso”.

Sobre el resultado de los comicios, el expresidente evaluó que, independientemente de quien resulte ganador, “seguramente el gobierno que venga va a tener que tener capacidad de crear un clima que permita acercarse y negociar”.

Las encuestadoras hablan de un “empate técnico” y advierten que la diferencia final podría ser incluso menor que cuando Lacalle Pou batió al candidato frenteamplista Daniel Martínez en 2019, con una ventaja por debajo de los 40.000 votos.

Las reñidas proyecciones hicieron que los dos aspirantes presidenciales intensificaran sus campañas, pero con estrategias distintas. Orsi trató de sacarle votantes a los socios menores de la alianza oficialista; Delgado adoptó la maniobra contraria y se ha esforzado por “fidelizar” los apoyos de su coalición.

Con 20 años de experiencia política, Orsi hizo hincapié en su promesa de gobernar con una izquierda renovada, centrada en la redistribución de los ingresos para impulsar el crecimiento económico. Asimismo, propone incentivos para revitalizar las actividades esenciales del país, como la agropecuaria, la industria, el turismo y los pequeños negocios, además de haber adoptado un discurso más amigable hacia los mercados.

“Es mi candidato, no solamente para mí sino también para mis hijos, que en un futuro van a tener mejores condiciones, tanto laboral, como en la salud, los salarios”, expresó la enfermera Yeny Varone, quien aprovechó su descanso en el hospital para registrar su voto.

Delgado, un veterinario de 55 años y con larga trayectoria en el Partido Nacional, trató de catapultar su cercanía con el mandatario y ha insistido en ser la cara de la “continuidad”. Defiende una mayor apertura económica del país y, así como su rival, aboga por impulsar el crecimiento tras la desaceleración experimentada por la pandemia de COVID-19 y una histórica sequía, pero a través de reformas para un Estado más “eficiente”.

“No estoy de acuerdo con las propuestas del Frente (Amplio), tuvieron 15 años y ya fue su tiempo. Tenemos que dar una chance a la coalición para consolidar sus propuestas”, expresó el vendedor Ramiro Pérez.

A diferencia de años anteriores, la campaña electoral para estos comicios estuvo marcada por una inusual apatía del electorado y, así como sucedió hace un mes, se prevé que los indecisos sean fundamentales para el desenlace, ya que cerca del 10% de los uruguayos todavía no ha definido su voto.

“Ninguno de los candidatos me convenció y siento que hay muchos en la misma situación. Y hay mucha gente que ni va a votar, prefiere pagar la multa a modo protesta”, dijo la creadora de contenido Vanesa Gelezoglo, quien afirmó que dejará la decisión sobre su voto para ”última hora”.

Ante la incertidumbre, para esta etapa final de la carrera electoral ambos contendientes contaron con apoyos de peso.

Si hasta ahora tanto Mujica como Lacalle Pou tuvieron un papel más tímido y se mantuvieron al margen de la arena política, durante la campaña para esta segunda y crucial vuelta ambos ocuparon un rol protagonista a favor de sus respectivos ahijados políticos.

AP

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