Víctimas de autodestrucción

Economista Guillermo Caram

Mañana celebramos Domingo de Ramos, recordando entrada de Jesús a Jerusalén. Había llorado por Jerusalén porque iba a ser destruida. Lo fue, año 70 d. C, por los romanos, sofocando rebelión judía. Esa rebelión fue autodestructiva.

Naciones se autodestruyen cuando integrantes, especialmente autoridades, se desenfocan y abandonan sus responsabilidades.

Acabamos de sufrir la tragedia enorme de destrucción de un establecimiento de recreación. Repórtanse 221 personas fallecidas, mal contadas, en una noche, llenándonos de dolor y consternación.

Esa destrucción evidenció negligencias de autoridades encargadas de vigilar cumplimiento de normas y reglamentaciones relativos al funcionamiento de estos establecimientos.

El presidente Abinader anuncia medidas para enfrentar migración fronteriza en aparente respuesta a marcha en Friusa y a reacciones que se concitaron. Obvió única solución a esta presión: ayudar a Haití a pacificarse, institucionalizarse y desarrollarse económicamente para que haitianos tengan trabajo de aquel lado de la frontera, sin necesidad de cruzarla para conseguirlo y satisfacer sus necesidades. Desestimó invitación al diálogo del gobierno haitiano, solidarizado con la tragedia que sufrimos.

Así prevalecerá clima de confrontación que nos autodestruye olvidando enseñanza duartiana: “No olvidarse para con los extraños a quienes también se le debe justicia”

La crisis comercial y económica desatada por arbitrariedades arancelarias del presidente Trump no deja de exponernos a una autodestrucción mundial de recurrirse a armamentos nucleares. China ha dado ultimátum a EE. UU. para «que corrija de inmediato sus errores y cancele sus medidas arancelarias unilaterales»; añadiendo «si EE. UU. insiste en tomar este camino, China peleará hasta el final«.

¿Significará ese “final” una amenaza militar?

¿Podrá EE. UU. enfrentarlas simultáneamente a su conflicto con Irán y aliados, habiendo Rusia declarado que aranceles de Trump provocarán crisis económica? Y sin sus aliados tradicionales: Canadá y UE han fijado posiciones combativas. El electo canciller alemán invita a la UE pulsear para determinar quién es más fuerte. Estamos expuestos a una autodestrucción mundial.

A Jesús, sus discípulos le clamaron: “¡Sálvanos que perecemos ante tempestad desatada en las aguas procelosas del mar de galilea!”. ¡Clamemos salvación de perecer ante tanta autodestrucción!

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