Voto de Castigo para alcaldes del PRM plantea interrogantes
Santo Domingo, 11 octubre – Las recientes elecciones internas del Partido Revolucionario Moderno (PRM) han arrojado resultados sorprendentes para algunos de los alcaldes de la organización. El voto de castigo ha dejado a varios de ellos fuera de la boleta, lo que plantea interrogantes sobre la relación entre los votantes y los candidatos del partido.
Uno de los casos más notables es el del alcalde de Santo Domingo Este, Manuel Jiménez, que quedó en la cuarta posición entre cuatro aspirantes.
Santo Domingo Este es el municipio más grande en términos de votantes, lo que hace que esta derrota sea aún más significativa.
Otro alcalde del PRM en una situación similar es José Andújar, que perdió en el cuarto municipio más importante del Gran Santo Domingo contra un antiguo alcalde, Francisco Peña.
Además, José Montás en San Cristóbal, otra demarcación de importancia electoral, quedó fuera de la competencia mediante encuestas.
La Comisión de Elección Interna, presidida por Deligne Ascención, ha comunicado que las encuestas no se aplicaron exclusivamente a votantes del PRM, sino a la población en general. Esto plantea interrogantes sobre si el voto de castigo es específico a estos alcaldes o si refleja una insatisfacción más amplia con el partido.
Otro aspecto a considerar es cuántos de los alcaldes que abandonaron los partidos de oposición para unirse al PRM se mantendrán en la boleta del partido oficial y si recibirán el respaldo de la base y los dirigentes medios. Aún faltan por evaluar tres grandes demarcaciones: el Distrito Nacional, Santiago y Santo Domingo Norte. La primera está en reserva, y las dos últimas son actualmente controladas por partidos de la oposición.
Una variable importante es el programa de apoyo a las alcaldías anunciado por el Gobierno en noviembre de 2021. Este programa, gestionado a través de la Liga Municipal, contempla un monto de cuatro mil millones de pesos. De esta cifra, se destinaron 800 millones para la dinamización de la economía local, como la construcción de mercados y mataderos, y 3,200 millones para obras de infraestructura, como la construcción de aceras y contenes.
Esta estrategia del Gobierno se convirtió en un incentivo para que varios alcaldes de partidos de oposición se unieran al PRM, argumentando que el apoyo gubernamental era irresistible.