Washington define a China como su principal desafío estratégico en nueva Estrategia de Seguridad Nacional 2025
Washington, 5 de diciembre de 2025 (Agencias). – La Casa Blanca publicó este jueves la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos 2025, un documento que reafirma el enfoque de la administración Trump en torno a la doctrina “America First” y establece de forma inequívoca que China representa el principal desafío estratégico para la nación en el nuevo orden global.
El texto sostiene que, tras años de lo que califica como debilidad institucional y declive en la proyección del poder estadounidense, el actual gobierno ha ejecutado un “rápido restablecimiento” de su influencia global.
Esta redefinición del liderazgo estadounidense, sostiene el documento, se produce en un contexto internacional cada vez más determinado por el ascenso sostenido de China como superpotencia global.
China: el eje de la estrategia de seguridad
La Estrategia de Seguridad Nacional 2025 coloca la competencia con China en el centro de las prioridades de defensa, inteligencia y política exterior de Estados Unidos.
Aunque el documento evita un tono explícitamente confrontacional, reconoce que la rivalidad bilateral ya supera la esfera comercial y se ha extendido profundamente hacia áreas clave como tecnología, economía y seguridad.
La Casa Blanca acusa a Pekín de haber capitalizado durante décadas un orden económico global que le ofrecía ventajas comerciales “desproporcionadas”, y anuncia un cambio radical en esa dinámica.
En adelante, Washington enfocará sus esfuerzos en proteger sectores estratégicos de la economía nacional, en particular aquellos relacionados con inteligencia artificial, semiconductores avanzados, redes críticas, plataformas espaciales y sistemas autónomos.
Dentro de estas prioridades, Estados Unidos planea reducir su dependencia de minerales críticos controlados por China, intensificar los controles de exportaciones sensibles, frenar adquisiciones estratégicas de empresas estadounidenses por parte de actores vinculados al Estado chino, y coordinar con aliados mecanismos para bloquear la transferencia de tecnologías clave a potenciales competidores.
Indo-Pacífico: el nuevo teatro geopolítico
El documento reafirma que el Indo-Pacífico será el espacio estratégico central del siglo XXI. En ese sentido, Washington se compromete a impedir que China imponga “hechos consumados” en el Mar del Sur de China y a fortalecer su red de alianzas militares en la región, especialmente con Japón y Corea del Sur.
El apoyo a Taiwán también se mantiene como una pieza esencial, dado el rol protagónico de la isla en la cadena global de suministros tecnológicos, especialmente en la industria de semiconductores.
Reafirmación de la influencia en América Latina
La Estrategia también revela una renovada ambición por recuperar hegemonía en América Latina. En un giro discursivo, el documento introduce el “Trump Corollary to the Monroe Doctrine”, una reinterpretación de la Doctrina Monroe que reafirma la negativa de Estados Unidos a permitir injerencias de potencias extrahemisféricas en la región, con especial mención a la creciente presencia de China.
El texto muestra preocupación por la participación de actores externos en sectores estratégicos como infraestructura crítica, telecomunicaciones, puertos, energía y tecnologías emergentes.
Como respuesta, Washington propone acciones concretas: ampliar la vigilancia marítima, reforzar acuerdos de defensa bilateral, combatir redes criminales transnacionales y condicionar la asistencia económica a la reducción de la influencia extranjera.
Reforma y expansión militar
La Estrategia 2025 plantea una expansión significativa del presupuesto de defensa, junto con un rediseño integral de la doctrina militar estadounidense. En un entorno caracterizado por amenazas híbridas y competencia multidimensional, el Gobierno promueve capacidades militares más flexibles y tecnológicamente avanzadas.
Entre las prioridades figuran la modernización de los arsenales de misiles, el fortalecimiento de la disuasión nuclear, el aumento de la presencia militar en puntos estratégicos del hemisferio occidental y una fuerte apuesta por sistemas autónomos, inteligencia artificial y defensa espacial y antimisiles.
Además, el documento exige a los aliados asumir una mayor proporción del gasto común en defensa, señalando que Washington no está dispuesto a continuar cargando con un peso financiero que considera desproporcionado dentro de las alianzas militares tradicionales.
Un nuevo enfoque en política exterior
En cuanto a diplomacia, la administración Trump plantea un enfoque más pragmático y selectivo. Rechaza las misiones internacionales de larga duración y sin objetivos definidos, y propone alianzas bilaterales flexibles, orientadas a resultados concretos.
La estrategia introduce el concepto de “realineamiento a través de la paz”, una fórmula que combina diplomacia puntual, presión económica e incentivos comerciales para resolver conflictos, limitar la influencia de rivales estratégicos y abrir nuevos mercados para productos estadounidenses.

Fuente: National Security Strategy of the United States of America (2025)

