Washington intensifica presencia militar en el Caribe con envío de cazas F-35 a Puerto Rico en respuesta a tensiones con Venezuela

Washington D.C., 5 de septiembre de 2025. – Estados Unidos anunció el despliegue de 10 cazas F-35 en la base aérea de Puerto Rico como parte de una ofensiva antidrogas en el Caribe, en medio de un nuevo repunte de tensiones con Venezuela.

El anuncio, confirmado este viernes por fuentes cercanas al Pentágono a la agencia AFP, se produce horas después de que un buque militar estadounidense fuera sobrevolado por una aeronave venezolana, un acto que el Departamento de Defensa calificó como un “movimiento altamente provocador”.

La respuesta militar estadounidense se enmarca en una política cada vez más agresiva contra lo que Washington describe como redes de “narcoterrorismo” vinculadas al gobierno venezolano.

El presidente Nicolás Maduro es acusado por Estados Unidos de liderar una organización criminal transnacional, por lo cual se ha elevado a 50 millones de dólares la recompensa por su captura.

En un hecho sin precedentes en la región, fuerzas estadounidenses atacaron el martes una embarcación que supuestamente transportaba droga frente a las costas venezolanas. En la operación, 11 personas murieron, calificadas como “narcoterroristas” por el expresidente Donald Trump.

El gobierno venezolano, por su parte, denunció el ataque como una ejecución extrajudicial. “Fue una ejecución sin fórmula de juicio”, declaró el ministro del Interior, Diosdado Cabello, mientras que el ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez, sugirió en Telegram que las imágenes del ataque podrían haber sido generadas con inteligencia artificial.

El Pentágono advirtió al gobierno de Caracas que se abstenga de cualquier intento de obstruir, disuadir o interferir con las operaciones estadounidenses contra el narcotráfico y el terrorismo en la región.

Históricamente, Estados Unidos ha recurrido a operaciones policiales no letales para combatir el tráfico de drogas en el Caribe. Sin embargo, la actual administración ha cambiado de estrategia y ha dado paso al uso de fuerza letal en algunos casos.

La escalada coincide con una gira regional del secretario de Estado Marco Rubio por México y Ecuador. En Quito, durante una conferencia de prensa conjunta con la canciller Gabriela Sommerfeld, Rubio advirtió que su país no retrocederá ante las amenazas del crimen organizado. “Los gobiernos aliados de Washington en la región nos ayudarán a encontrar a estas personas y a hacerlas estallar si es necesario”, afirmó.

En su visita previa a México, Rubio sostuvo que la única forma de frenar a los carteles del narcotráfico es a través de su eliminación física. “Ellos ya asumen que perder mercancía es parte del negocio, eso no los detiene”, dijo.

Rubio también señaló que el presidente estadounidense ha designado como “narcoterroristas” a organizaciones como el Tren de Aragua y el Cártel de los Soles, este último presuntamente vinculado a Maduro. “Si estás en un barco lleno de cocaína o fentanilo dirigido a Estados Unidos, eres una amenaza inmediata”, enfatizó.

En respuesta, Maduro ha movilizado al ejército, compuesto por unos 340,000 efectivos, y ha convocado a los reservistas, cuya cifra, según el mandatario, supera los ocho millones. En un discurso reciente, denunció “la mayor amenaza que nuestro continente ha visto en los últimos 100 años”.

La calificación de grupos narcotraficantes como amenazas terroristas permite a Estados Unidos invocar legislación especial adoptada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Estas leyes otorgan amplias facultades al gobierno estadounidense para vigilar, perseguir y eliminar objetivos considerados una amenaza a su seguridad nacional.

Aunque los informes anuales de la ONU no incluyen a Venezuela como país productor de drogas, especialistas señalan su creciente rol como plataforma regional para el tráfico ilícito.

La rivalidad entre Venezuela y Estados Unidos se remonta al ascenso de Hugo Chávez al poder en 1999. En 2005, su gobierno expulsó a la agencia antidrogas estadounidense (DEA). En 2019, Maduro rompió relaciones diplomáticas tras la negativa de Washington a reconocer su reelección.

Estados Unidos tampoco reconoció las elecciones presidenciales de julio de 2024, denunciadas por la oposición venezolana como fraudulentas.

Desde 2020, Maduro ha sido acusado formalmente por Estados Unidos de narcoterrorismo, y este año se le señala como líder del Cártel de los Soles, el cual tendría nexos con el Cártel de Sinaloa en México. Además, varios allegados al régimen han sido acusados de lavado de dinero, y dos sobrinos de la primera dama venezolana fueron condenados por narcotráfico en tribunales estadounidenses.

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