Xóchitl Gálvez, la esperanza de los detractores acérrimos de López Obrador
Por Enric Sitjà Rusiñol |
Ciudad de México, 1 junio .- La candidata presidencial opositora Xóchitl Gálvez llegará a las elecciones del domingo como la esperanza de los detractores más acérrimos del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para vencer a la oficialista Claudia Sheinbaum y evitar que el país caiga en el socialismo, “como Venezuela, Cuba o Nicaragua”, según su visión.
Este sentimiento es fuerte entre la ‘Marea Rosa’, un movimiento ciudadano que surgió para defender al Instituto Nacional Electoral (INE) y terminó como una plataforma de apoyo a Gálvez, abanderada de la coalición Fuerza y Corazón por México, de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD).
Un pacto a tres bandas contra López Obrador
En la última protesta de la ‘Marea Rosa’ en la capital Ciudad de México, Gracia Abarca y Juan Luis Rangel, quienes apoyan a Gálvez para que “México sea libre”, valoraron positivamente el pacto a tres bandas que los partidos, antes rivales históricos, sellaron para confrontar a Sheinbaum y, en última instancia, al mandatario actual.
“Se unieron contra algo que, la verdad, no estamos muy a gusto”, explica Rangel, quien afirma que “se dio la oportunidad” al gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de capitanear el país.
En su opinión, el partido y el presidente “han puesto el pie encima” de la ciudadanía y “no han sabido cómo gobernar” ni dar “más seguridad y libertades”, por lo que votar por Gálvez equivale a “defender” el país.
“(Tenemos que defenderlo) de que no todo el poder esté en manos de una sola persona y que nos pase como lo hemos visto en otros países que son socialistas y que la gente está muriendo de hambre”, advierte mientras sostiene una gran bandera mexicana.
Los lugares donde ha ocurrido, en opinión de Rangel, son “Venezuela, Cuba o Nicaragua”, donde “los del poder viven como reyes y el pueblo vive en toda la pobreza”.
Para Andrea y Alejandro, quienes hablan de “tintes autoritarios” en el Ejecutivo obradorista, tanto Gálvez como el candidato opositor a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Santiago Taboada, “buscan lo mismo”, ser una opción que “construya” ante un oficialismo que “destruye”.
Origen otomí y carrera política azul
La lideresa opositora, quien antes de la veda electoral que comenzó este jueves recababa un promedio del 34 % de las preferencias en las encuestas, frente al 56 % de Sheinbaum, nació en Tecatepec, en el céntrico estado de Hidalgo, en 1963, en el seno de una familia indígena otomí.
Durante su trayectoria y, en concreto, en la campaña electoral, ha reivindicado sus raíces.
Aunque no tiene ningún carnet político en el monedero, su carrera política ha estado teñida del azul del PAN.
Entre 2000 y 2006, formó parte del Gobierno panista de Vicente Fox, en el que encabezó la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
Y entre 2015 y 2018, con este partido, estuvo como delegada de Miguel Hidalgo, una de las demarcaciones internas más ricas de Ciudad de México.
Sin embargo, ella presume de su carrera en el sector privado, forjado entre los 90 y hasta su llegada al Gabinete de Fox, y, de hecho, recibió en 1994 y 1995 el ‘Premio a empresaria del año’.
¿Gálvez candidata de derechas?
El oficialismo cataloga a Gálvez como la “candidata de la derecha”, pues el partido más grande que la arropa, el PAN, es considerado conservador, aunque otro de sus padrinos, el PRD, nació en el flanco izquierdo del otrora hegemónico PRI.
“A mí, esto de izquierda y derechas se me hace obsoleto a estas alturas”, opina Andrea, quien aboga por votar “por quien tiene esta visión de crecer y no de concentrar el poder”.
Este es un punto de vista compartido por Alejandro, quien ve “absurda” y “polarizadora” la catalogación por estos ejes y, sobre todo, en la carpeta de las coaliciones porque “son muy plurales”.
“Incluso Morena (…), me parece un partido más de derecha en muchos aspectos que los propios partidos de derecha”, señala.
Andrea es optimista y sostiene que “el futuro está por verse en México”, pero Mónica Carrasco, quien se protege del sol con una gorra del PAN, es más contundente.
“Tenemos que salir a votar y votar en contra de López Obrador es votar a favor de Xóchitl”, sintetiza.EFE