Una mezcla explosiva
Edgar Lantigua
Hace años un entrañable amigo, una de las personas más nobles que he conocido, Juan P. Guzmán Arias, Juancito, a quien el cáncer nos arrebató con apenas 32 años, puso en mis manos un libro con discursos de Fidel Castro.
Una frase habría de impactarnos de modo particular, hasta donde recuerdo, Fidel decía que la mezcla racial entre indígenas españoles, franceses, portugueses, y africanos era “una mezcla explosiva”.
La expresión viene a cuento, hoy que una mezcla explosiva de acontecimientos se cierne sobre buena parte del mundo y en particular sobre la República Dominicana, un país que como hemos dicho, a pesar de todo, ha logrado sortear con relativo éxito, los retos de la guerra fría y de la etapa posterior.
Hoy que se suceden “en loca caravana”, una serie de acontecimientos que ponen en entredicho logros importantes del país, poniendo de manifiesto la fragilidad de nuestro sistema energético, por ejemplo, la delincuencia que hace picos, con robos, atracos y asesinatos de películas, ante las cámaras omnipresentes hoy día.
Todo esto, aderezado por la más compleja maraña de hechos externos de los últimos años. incremento desmesurado en el precio de los fletes, las secuelas de la pandemia que paralizó el mundo y el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania que afecta los precios de los combustibles, del trigo y otros insumos, llevando la inflación a niveles preocupantes.
Para que no nos arrope ningún atisbo de optimismo, los banqueros, que tradicionalmente juegan a la prudencia, hoy juegan a ser pitonisas que nos anuncian un futuro sombrío, José interpretando el sueño del Faraón, y anunciando más que años de vacas flacas, tormentas y cataclismos.
James Dimon principal ejecutivo de JP Morgan Chase, pronosticando nuevos huracanes para la economía mundial, mientras que la directora gerente del Fondo Monetario Internacional Kristalina Georgieva, afirmaba en Davos que “el horizonte se ha oscurecido”, para la economía mundial, obligándolos a preguntar ¿Mas todavía? Porque ya hace rato que está oscurecido.
Es en ese escenario que nos sorprende la muerte aleve, de una persona a quien apenas salude un día, cuando de forma sencilla se presentó a comprar dulces al negocio de mi madre Agustina, acompañado del hoy diputado Emil Duran, el ministro Orlando Jorge Mera, cuya muerte ha conmocionado cada rincón del país,
Inevitablemente llegó a mi memoria la mañana de agosto de 1989, en que tomamos un taxi para ir de El Laguito a la zona amurallada en Cartagena de Indias, momentos después el taxista nos dice “este país se j…” reflejando el impacto de la muerte del líder liberal Luis Carlos Galán, ocurrida en otras circunstancias y por motivos distintos. Pero la memoria no siempre es lineal.
En definitiva, se trata de hechos que sacuden los cimientos de la sociedad.
¿Hacia dónde nos lleva esta espiral de hechos violentos?
¿Podremos sortear con éxito esta mezcla explosiva de acontecimientos, internos y externos?
Confío en que sí. En que, pese al ominoso presente, los dominicanos podamos evitar que la mezcla explosiva nos impacte en la cara. En que la experiencia acumulada en el Banco Central permita contener el choque externo y desde el gobierno se enfrenten los retos que ponen en riesgo lo logrado.
Ojalá, que viene del árabe y significa: quiera Dios.