El trago es amargo pero es necesario aumentar intereses
Ramón Núñez Ramírez
La función primordial de los bancos centrales es preservar la estabilidad de los precios, pero también, en base a instrumentos de política monetaria, pueden desarrollar políticas anticíclicas, es decir cuando la economía está en fase de recesión, políticas monetarias flexibles y cuando hay peligro de presiones inflacionarias entonces restrictivas.
A raíz del cierre por motivo de la pandemia en marzo de 2020 era previsible una recesión, entonces el Banco Central actuó como aconsejaba el “librito” e inyectó recursos a los bancos para ser canalizados a los diferentes sectores productivos por un monto de RD$215 mil millones, también modificó de forma provisional el Reglamento de Evaluación de Activos permitiendo a las empresas restructurar sus préstamos, en riesgo de atrasos, sin perder su calificación crediticia y los bancos tener que hacer provisiones adicionales.
Gracias a esa política monetaria se evitó un aumento de la morosidad en la cartera y el flujo de recursos contribuyó a que la caída del producto no fuera mayor al de -6.7%, pero como en economía no hay almuerzo gratis, obviamente que el mantenimiento de esa liquidez iba a presionar los precios en la medida que la demanda se fuera normalizando y efectivamente a mayo de 2021 la inflación anualizada alcanzó el 10.48%, dos veces el rango superior de la meta de inflación que era 4.0%±1.0%, y aun cuando descendió en los cinco meses siguientes, se mantuvo por encima del 7.7%. Al parecer las autoridades sacrificaron inflación por crecimiento.
Al cierre de noviembre se cambió la postura y aumentó la tasa de política monetaria de 3.0% a 3.5% y se han producido cuatro ajustes hasta que al cierre de mayo la TPM ascendió a 6.5%, la más alta desde mayo de 2012, sin embargo no se ha retirado todo el exceso de liquidez y a mayo 27 de este año la Base Monetaria(billetes emitidos más depósitos de encaje legal) es 7.22% mayor que a noviembre de 2021(en diciembre siempre hay un pico por el aumento de la demanda de dinero), mientras la Oferta Monetaria(M1) (billetes y monedas en poder del público más depósitos transferibles en moneda nacional) fue 3.7% mayor y así los demás agregados monetarios.
La política restrictiva tiene varios objetivos, por ejemplo evitar un sobrecalentamiento de la economía, mantener tasas atractivas frente a las prevalecientes en los EEUU, pues podría provocar fuga de capitales especialmente de la inversión extranjera en cartera, y finalmente reducir el componente interno de la inflación que es básicamente de tipo monetario y eso queda reflejado en la inflación anualizada al mes de abril que fue de 9.64%, mientras la inflación subyacente(se calcula eliminando los componentes volátiles como los combustibles)fue de 7.25%.
De nuevo como no hay almuerzo gratis en economía esa política podría frenar el crecimiento del producto, en momentos en los cuales el impacto del gasto público es prácticamente nulo; están aumentando las tasas pasivas, muy bueno para los ahorristas, pero también las activas y eso significa que algunas familias no podrán acceder a préstamos a la vivienda o a un vehículo y frenará a ciertos inversionista, pero esa es la idea; reducir la demanda agregada. El trago es amargo pero evitaría mayores niveles de inflación, de por sí altos.