Reflexiones sobre la narco política en el Gran Caribe.
Por Pelegrin Castillo Seman.
Las Drogas ha fluido desde hace décadas al travez del Caribe, espacio de tránsito, lavado y consumo residual. El narcotrafico es un crimen de poder. Haití desde los 60 ya era reputado como narco estado. En últimos decenios se ha infiltrado hacia RD donde están 14 puertos, 8 aeropuertos y la “economía líder” de la región insular. Esa droga no se queda aquí, en su gran mayoría transita hacia los grandes mercados de consumo, pero con el tiempo domina y daña…
En los 60, EEUU empezó a enfrentar el fenómeno del consumo de drogas, que se había potenciado con las guerras en el Sudeste asiático y movimiento de Contracultura. En los 80s la cocaina no solo fluía hacia EEUU, sino que jugó papel importante en sus guerras secretas y juegos de poder: el escándalo del Irán-Contra ilustra bien al respecto…La política norteamericana nunca ha sido cortar flujos de drogas, sino evitar que se desborden, ya que son el país de mayor consumo.
Si se cortarán-algo técnicamente posible-, se agravarían sus problema sanitarios y de orden público.
Solo el año pasado murieron 60 mil norteamericanos por consumo de Fentanilo…La política EEUU nunca ha visto consistentemente el narcotráfico como amenaza de seguridad nacional, sino como problema sanitario y de orden público con el que hay que lidiar. Su política ha sido control e infiltración, desde el 2001 evitar que se alíe con el terrorismo islamico.
Lo penoso es que su sistema judicial permite su instrumentalizacion para avanzar con presiones y chantajes en sus otras agendas.
Trump avanzo: declaró emergencia nacional por consumo mortal del Fentanilo, que es una sustancia cien veces más poderosa que la cocaína.
Ya la están fabricando en Mexico con precursores que vienen de China. A partir de esa decisión se reforzó la política de interdicción y sus efectos ya se sienten, pero el abordaje sigue siendo defectuoso…Recordaba el Senador Galán de Colombia, hijo de un mártir en la lucha contra las drogas, que hace treinta años los narcotraficantes mataban para no ser extraditados, pero que ahora, con política EEUU, tan benigna y acomodaticia, pagan para ser extraditados…Caen carteles y capós, cuyo espacio es ocupado por otros: no el tráfico ni las fortunas espurias …
El consumo de drogas está asociado a un fuerte impulso existencial de evasión de la realidad, sentido por millones en todo el mundo, dentro de la cultura materialista, hedonista, consumista, relativista, individualista, que se impone y deshumaniza.
El dolor, la frustración, el desarraigo son grandes, como la necesidad de crearse una nueva realidad, ficticia, irreal, indolora. Y esa necesidad de evasión afecta por igual a perdedores y ganadores…
Una de las razones por las que el narcotráfico avanza en el mundo y penetra con su poder disolvente muchas sociedades, es por la tendencia de los EEU a negociar con los casos: se entierran o siguen adelante a conveniencia. Pasan a ser armas para sus lawfares, y los capos lo saben, y las autoridades que los persiguen también…
El libro Águilas Negras de Larry Collins fue un bestseller en su época: narra la lucha entre la DEA y la CIA en torno al narcotráfico. Con agendas divergentes, esas agencias en lucha al final crearon las condiciones de una expansión sostenida y creciente del narcotráfico en toda la región Gran Caribe…Otro libro formidable fue Ojos Vendados de Andrés Oppenheimer, que relata cómo bancos y empresas de EEUU dieron fuerza y cobertura a la corrupción, narcotráfico y lavado en AL, basado en el informe de la Comision Levine del Senado EEUU. El Señor de los Cielos, el legendario narco Amado Carillo Fuentes, el gran cliente bancario avalado por grandes bancos estadounidenses…
Nuestra Guerra Ajena de Germán Castro Caicedo, es también un interesante testimonio-aunque algo sésgado-, sobre cómo el narcotráfico arraigo en Colombia y el papel de poderes EEUU, tras Guerra de Vietnam, en la génesis de ese cancer peligroso, que ya ha hecho metástasis en toda la región gran Caribe…
Pero de todas las publicaciones clásicas Veil, Las Guerras Secretas de la CIA de Woodward, constituye la descripción muy exhaustiva sobre cómo en el juego de poder de las grandes potencias, todas las armas y recursos entran en juego: desde Afganistán y Golfo Pérsico al Gran Caribe…El narcotráfico y el crimen organizado van a tratar de penetrar estructuras de poder de los estados, pero también de la economía formal a la que inflan y distorsionan, y a la sociedad al travez de la cultura.
Al principio avanzara sutilmente, luego será desafiante, hasta convertirse en estado dentro de otro estado, y eso da violencia, anomia, desintegración por todos lados. En Colombia y otros países del continente grupos “revolucionarios” vieron también que el narcotráfico y sus fabulosas ganancias eran armas formidables para financiar “sus luchas” contra el imperialismo norteamericano, y así se potenció esa actividad criminal y se encanalló la política.
En Mexico y Centroamérica el mismo proceso tiene sus variantes…Cuando trate de aprobar ley de intercepción aérea y marítima, incluido derribo y hundimiento con fines disuasivos, carteles se oponían por en forma encubierta, pero también lo hacia la Embajada EEUU en RD, abiertamente…algo que nadie entendió.
En Camara de Diputados se aprobó, en Senado se enterró. Bastó una nota diplomática de advertencia, para que la soberanía de República Dominicana quedara mediatizada…Mi padre, que ha sido el hombre público que más ha cargado pesado con ese tema del narcotráfico y la criminalidad organizada, ha insistido en que EEUU, UE y O I deben cambiar sus enfoques, y que toda la región debe reclamarle ese cambio.
El fracaso puede ser mayor que Afganistán…Los EEUU deben entender que política de extradición no puede ser una puerta giratoria; en los tratos judiciales con los narcos no pueden haber bienes patrimoniales protegidos; no deben usarse los casos de narcotráfico, lavado y corrupción para tratos inconfesables, que permitan presionar sobre otras agendas de soberanía; las políticas no pueden trazare con el tradicional enfoque policial- sanitario , cuando para la mayoría de las naciones son amenazas a la democracia y la seguridad nacional…
Las Américas- Nuestra America y aquella que no es nuestra- deben recomponer a fondo sus relaciones, dentro de enfoque de Seguridad y Prosperidad compartida, realista, de confianza mutua, no para beneficios de las oligarquías o de los sectores de enclaves modernos de la economía, sino de los pueblos, de sus mayorías nacionales, con la verdad y la justicia por delante.