RD frente a un mundo convulso
Manolo Pichardo
El mundo está atravesando por una situación convulsa que parece escalar y comienza a generar incertidumbre en torno a la economía, la seguridad, el desplazamiento en masa de individuos, el deterioro del derecho internacional y el irrespeto a la integridad y dignidad de las personas.
Múltiples actores se mueven en este escenario en el que los liderazgos se ponen a prueba; pues estos acontecimientos son el resultado de un momento histórico de cambios profundos; podríamos decir que civilizatorios, que traen consigo, para unos, una lucha por el control del mundo que se construye y, para otros, una evidente resistencia a una futura dominación, por lo que se ha iniciado un proceso de consolidación o debilitamiento de alianzas, y el surgimiento de otras.
A pesar de que parece que ha iniciado un proceso de negociación que pudiera poner fin al conflicto bélico en Ucrania, el escenario de guerra creado en Gaza hace un año se comienza a extender con la entrada directa de Irán en el conflicto y las amenazas de entrar de Pakistán y Corea del Norte, naciones que posean armas nucleares; e Irak y Siria, que también han amenazado con involucrarse en el conflicto.
Los inquietantes pronunciamientos de estos países, incluyendo Estados Unidos, apuntan a un escenario de esta guerra proxy que rebasaría las fronteras del Medio Oriente hasta llegar a espacios donde se concentra y por donde transita una parte de la producción del petróleo y el gas que consume el mundo, como es el caso del golfo Pérsico y de Omán; rutas energéticas que representan entre el 20 y el 25 % del petróleo y gas que circula por el mundo, lo que podría tener, como de hecho ya tiene, un impacto al alza en sus precios.
De producirse los aumentos de precios, como se proyecta en estos importantes “commodities”, será inevitable asistir a un escenario global inflacionario que empeore los pronósticos de contracción de la economía global para este y el próximo año, que según el Banco Mundial (BM) sería de 2.3% para el 2025, lo que rompería con el experimentado en 2023 y 2024 que anduvo por el orden de los 3.2 %, de acuerdo con esta y otras fuentes.
Algunos analistas atribuyen la desaceleración de la economía para este año a las políticas arancelarias del presidente estadounidense, Donald Trump. Otro elemento que se añade a esta cuestión es la persecución a los migrantes irregulares en los Estados Unidos que están siendo deportados a sus países de origen, cuestión que está teniendo consecuencias económicas para los propios EE.UU. y las naciones que le aportan inmigrantes.
El impacto de estas políticas migratorias se expresa en una desolación en los campos, la industria de la construcción y un caos en la cadena de suministro a lo interno de Estados Unidos, agravada con la ralentización de la cadena global de suministro que comenzó a mostrar anaqueles vacíos y a enfrentar a Trump con las grandes cadenas minoristas.
El cuadro dibujado por esta realidad política, amenaza con disminuir las remeras en los países emisores de migrantes, como es el caso de la República Dominicana, que tiene a Estados Unidos como su principal socio comercial con unos envíos en valores que representan el 8% del PIB, y que además enfrenta su propia crisis migratoria, agudizada por el colapso del Estado haitiano a raíz del asesinato del presidente Jovenel Moise.
Ante este cuadro internacional complejo y amenazante, nuestras autoridades deberían diseñar planes de contingencia que permitan disminuir un posible impacto negativo en nuestra economía, por lo que sería pertinente la incorporación de estos temas en la agenda del Consejo Económico y Social