Sólo entretienen, nada resuelven
J.C. Malone
Trasladaron el gobierno del espectáculo a la Cámara de Diputados, su presidente, Alfredo Pacheco, está sumamente “ofendido”. Le “molestó la forma” como la sociedad, y la familia presidencial, rechazaron el Código Penal que los diputados aprobaron “con tanto esfuerzo”, en “arduas jornadas legislativas”.
Pacheco “pidió” que el presidente Luis Abinader, no objete el Código, porque consultaron 60 juristas, a la Policía Nacional y a la Procuraduría General de la República. Abinader, ¿obedecerá o lo complacerá? Los diputados creen que pueden imponer un Código penal sin consultar a la Policía y la Procuraduría responsables de implementarlo. Como los diputados “trabajaron tanto” Abinader debe “mostrar agradecimiento” promulgando lo que le manden.
Sólo un Congreso Nacional lleno de riferos, guagüeros, narcotraficantes y neodelincuentillos sin tipificación, puede producir un adefesio como el Código Penal. Ellos no entienden sus funciones. Los legisladores, como representantes políticos, siempre deben consultar con sus representados y los sectores afectados por sus legislaciones.
Nuestros diputados se sienten con derecho a imponer como ley lo que se les ocurra, y nosotros debemos “respetar sus leyes”. Quizá tengamos un enfrentamiento entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo por el nuevo Código Penal, ese será el próximo acto en el gobierno del espectáculo.
Rumores y versiones sobre la sexualidad de la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, entretuvieron el morbo público durante unos meses. Ella pagó caro, bajan el telón. El gobierno vive destruyendo la reputación de sus integrantes. Levantan el telón, la primera dama Raquel Arbaje y sus hijas, objetan el Código Penal, preparando un enfrentamiento entre Abinader y la Cámara.
Y terminaremos como empezamos, sin Código Penal. La fórmula funciona, concentrados en la sexualidad de Faride, olvidamos la delincuencia.
Un programa llamado “El Escándalo de Hoy”, tendrá buen patrocinio oficial, apoyaría el gobierno del espectáculo.
Los gobiernos daban pan o circo, pero Abinader garantiza pan, con la asistencia pública, y circo, entreteniéndonos con escándalos continuos, sin resolver ninguno de los problemas nacionales.