La mejor salida fue no invitar a Cuba, Venezuela y Nicaragua

Guarionex Rosa

La decisión dominicana de dejar fuera de la X Cumbre de las Américas a celebrarse en Punta Cana en la primera semana de diciembre, a Cuba, Nicaragua y Venezuela es la única alternativa que tenía el régimen del presidente Abinader para evitar el fracaso del encuentro.

Estados Unidos y otros países sopesarían muy bien venir al encuentro si los dirigentes de los países mencionados habrían participado. Cuba menos, pero Nicaragua y Venezuela son países con relaciones muy conflictivas tanto con RD como con otras naciones invitadas.

En julio de 2024, Venezuela decidió romper sus relaciones con la República Dominicana, como lo ha hecho también con otros países de la región. Después de esa ruptura el país sudamericano quiso restablecer los negocios y abrir los cielos para vuelos comerciales.

Sin embargo, la parte dominicana ha evitado toda relación con el régimen del presidente Maduro, sobre el cual pende una amenaza de los Estados Unidos que tiene frente a sus costas una flotilla de barcos con el supuesto de lucha contra el narcotráfico. Ha hundido al menos tres barcos venezolanos bajo alegato de que transportaban drogas.

La Cancillería dominicana explicó bien mediante un comunicado las circunstancias en que dejó fuera de invitación a los tres países. Dijo: “la no invitación a Cuba, Nicaragua y Venezuela -países que, por diversas razones, han decidido no formar parte de la OEA y que tampoco participaron en la pasada edición de la Cumbre de las Américas -constituye la decisión que, dadas las circunstancias hemisféricas, favorecen la mayor convocatoria y asegura el desarrollo del foro”.

La Cancillería de Cuba acusó a Estados Unidos de “imponerle” a la República Dominicana la decisión de dejar fuera de la Cumbre a los tres países. Si bien las relaciones con Venezuela están “suspendidas”, el comunicado de Relaciones Exteriores reconoce que con Cuba y Nicaragua la RD tiene nexos cordiales.

El presidente Abinader y su canciller, Roberto Álvarez acogieron con beneplácito la decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que autorizó una Fuerza de Supresión de Pandillas compuesta por 5,500 efectivos armados que reemplaza la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad de Haití (MMAS), encabezada por Kenia y cuyo mandato terminó el jueves.

Abinader había pedido reiteradamente a la comunidad internacional en los foros de la ONU, la OEA y otras organizaciones, y en apelaciones directamente a varios gobernantes entre ellos al Ruso Vladimir Putin y al chino Xi Jin Ping, la necesidad de una fuerza internacional que evitara un colapso total de las instituciones en Haití.

El anuncio de Naciones Unidas que tuvo únicamente la crítica verbal de Rusia, China y Pakistán, fue recibida con respiro por parte de los diversos sectores sociales haitianos, quienes han sido víctimas del asedio de las diversas pandillas que han formado una federación y que amenazan con tomar el poder.

La nueva fuerza anti-pandillas tiene el favor de 50 países y algunos de ellos como Canadá, con fuertes vínculos con la diáspora haitiana, anunció un sólido aporte económico para mantenerla. Al parecer el canciller norteamericano, Marco Rubio fue una voz decisiva para convencer al presidente Trump de que Estados Unidos y Panamá sometieran el caso en la ONU.

Ojo avizor, la parte dominicana de seguro dispondrá de una vigilancia extrema en la frontera dominico-haitiana para prevenir que las pandillas en las que menudean niños armados por los jefes pandilleros, traten de huir hacia los pueblos dominicanos para buscar refugio. El resultado de una batida de la nueva fuerza contra las pandillas sería la vuelta a la normalidad y seguridades de que de aquí al año que viene se puedan celebrar elecciones.

Mientras Haití acogía las novedades, miles de niños y jóvenes de las escuelas primarias y secundarias hicieron colas el miércoles 1 de octubre para el inicio del año lectivo 2025-2026, con mucho mayor presencia de lo anticipado en un país devastado.

Listín Diario

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