La República Dominicana mal vista en la televisión francesa

Por MANUEL MORA SERRANO 

  1. 1. Hora y media sin mostrar nada positivo del país

En una de esas “Escapadas por el mundo”, que ofrece la televisión francesa “TV 5 Monde”, para América Latina, el pasado sábado 29, en horario local de 5.30 a 7.00 de la tarde, fuimos sorprendidos con la dedicatoria a República Dominicana. Los presentadores de las Escapada por el mundo: Raphaël de Casabianca a la izquierda, Sophie Jovillard, al centro y Jérôme Pitorin a la derecha, que fue quien nos visitó.Los presentadores de las Escapada por el mundo: Raphaël de Casabianca a la izquierda, Sophie Jovillard, al centro y Jérôme Pitorin a la derecha, que fue quien nos visitó.

Esperábamos ver a este país en todo su esplendor, en su lucha por salir del hoyo del subdesarrollo. Pero recibimos una tremenda decepción.

Aunque comienza hablando de Punta Cana y se ven las blancas playas con su mar turquesa, nada de ese emporio turístico aparece. Fue totalmente soslayado.

Cuando llega a Santo Domingo, en ningún momento se presentan las zonas de edificios altos, ni siquiera las del Centro de los Héroes. Hay una visión del Obelisco sin mencionar a las Hermanas Mirabal, y se habla de que fue idea de Rafael L. Trujillo (1891-1961) cuando le cambió el nombre a la ciudad en 1936 como Ciudad Trujillo. Naturalmente no se le iba a decir que fue idea de Mario Fermín Cabral (1877-1961), el padre del poeta Manuel del Cabral (1907-1999) para evitar que a Santiago le impusieran el de Ciudad Ramfis, como se rumoraba. Una visión de esta ciudad que continúa creciendo. No se vio.Una visión de esta ciudad que continúa creciendo. No se vio.

Tampoco se muestra el Ministerio de Cultura en la vecindad del Obelisco, ni una vista del malecón que nos hubiera ayudado para saber en qué año se filmaba, ya que no hay nada preciso.

Luego presenta la calle El Conde peatonal y el parque del Almirante con la estatua suya. De la Catedral, una visión fugaz, igual que de los bares. Algunos músicos típicos y bailes en las calles. Pero ningún hotel. Cuando fue al Alcàzar no penetró ni supo lo que era, llovía y vio más músicos y bailarines de merengues.

Hay una visión de la Avenida Duarte y la José Martí con una vista de las nuevas instalaciones, aunque no hay personas con mascarillas; se ven guaguas, que llaman  buses y minibuses, pero no las de la Omsa y mucho menos hablarse del Metro, que sería señalar que es una gran ciudad. Muestra una con un transporte popular ídem. Naturalmente, se muestran los motores cundiendo el país.

En una visita al Merca Santo Domingo, lo único que les llama la atención es la mandioca, o yuca, con la cual se le cocina algo, pero no un sancocho.

Ninguna visión de las autopistas ni de las grandes avenidas. Es una ciudad pobre, con una clase media baja, lo que vemos. Ningún centro comercial, y como dijimos, ninguna visión de los altos edificios en los barrios de alta clase media.

Luego se ve a Boca Chica, se dice que es la primera playa popular, olvidando a Güibia, en otros tiempos. Ahí citan a Puerto Plata y Punta Cana.

2.- El turismo en Samaná Hotel Gran Bahía Príncipe. Véase la enorme cantidad de cocoteros alrededor. Nada eso se presenta en  el programa.Hotel Gran Bahía Príncipe. Véase la enorme cantidad de cocoteros alrededor. Nada eso se presenta en  el programa.

Lo más importante para él fue el turismo en Samaná. Se ve que llega en un gran bus, una visión de las imágenes de los edificios de madera que imitan a las islas del Caribe. Luego, aunque se dice que irían a Cabo Levantado, no lo hacen, sino que se van más al norte a ver las Ballenas Jorobadas, donde pasan casi un cuarto de hora.

No se muestran  los cocoteros. Recordamos que una vez tuvimos de visita a una argentina y la llevamos a Samaná. Cuando íbamos de  Pimentel a  Nagua, se asombró al ver tantos cocoteros, y yo le dije: Tú no has visto cocos. Y ella, que tenía un gran sentido del humor, lo dudó, y comenzó a repetirlo: Tú no has visto cocos… Cuando ella vio todas esas montañas cundidas de cocoteros, lo admitió, diciéndome: “Es verdad. Yo no había visto cocos”.

Después, en el programa. presentan playas que aquí se ignoran. Pero nada de Las Galeras. Se van de viaje por los islotes del Parque Nacional de Los Haitises y en una gruta ven unos signos taínos.

Con ese señor, que habla francés,  van a ver el Salto del Limón.

Luego se va solo Jérôme Pitorin a Las Terrenas. Pero no hay una muestra del poblado, sino algo de playa y las casas de una francesa y la de una canadiense.

En algún momento aparece una mina de Larimar y una muestra de las joyas, sin el presentador.

De pronto lo llevan donde un pobre productor de cacao que fabrica pastas artesanales para consumo familiar y les hace una, un chocolate de agua. Pero aunque se habla del cacao orgánico, ninguna mención del éxito internacional de nuestra producción nacional, famosa en el mundo entero.

De repente vemos el Lago Enriquillo con caimanes, llamados cocodrilos. Es otro relleno, porque no viajan al sur.

Todo lo demás es en Samaná, entre sus conocidas de Las Terrenas.

Hay un gimnasio rústico, con deshechos donde se ejercitan unos campesinos, como si esa fuera la norma del país.

Varios escenas de ríos, arroyos y rutas de senderismo.

Nada del gran turismo. Como si el resto del país no existiera.

  1. Lo que le queda al que ve esa “Escapada”

 Las Ballenas Jorobadas. Eso es quizás lo único que le quede al televidente.Las Ballenas Jorobadas. Eso es quizás lo único que le quede al televidente.

Por lo demás, solo vemos la visión de un país atrasado, sin grandes ciudades ni amplias vías de comunicaciones. Sin centros comerciales, sin supermercados, y sin grandes hoteles.

Una de mis hijas me contaba que unas colombianas que vinieron a esta ciudad, creían encontrar lo mismo que en otras islas del Caribe, pero que tan pronto cuando bajaron de avión en un moderno aeropuerto y comenzaron a avanzar hacia el centro, se fueron asombrando y cambiaron de idea, fascinadas.

Eso le podría ocurrir a quienes hayan visto el programa, donde nada oficial aparece, ni de turismo de verdad, ni de cultura, ni siquiera una visión del Palacio Nacional, al asombrarse, al darse cuenta como las colombianas, de que somos “otra cosa”.

El programa debió interesarse en los atascos en las avenidas y hasta en calles secundarias. Sobre todo observando la calidad de los vehículos.

Nosotros que hemos visto otros programas, como uno dedicado a Martinica, tenemos otra visión de esas islas, más completas, pero muy diferentes a la realidad dominicana.

Aunque, como me dijo un amigo, a quien le comenté  lo relatado: “como todo obra para bien”, a lo mejor nos ha hecho una excelente propaganda, al mostraros un país que ni nosotros conocemos

Fuente Acento

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