Ucrania, el muro y el relato
FEDERICO JOVINE ARRENDEL
Todo conflicto necesita un relato explicativo, así como toda guerra necesita un casus belli como elemento cohesionador interno y justificador externo. Aunque la historia nunca ha preguntado quién tenía la razón, sino quién ganó, siempre se cuida de guardar las formas.
En Ucrania se libra una guerra injustificada y asimétrica, pero era una guerra que se veía venir, pues en ese conflicto se dirimen paradigmas y relatos que avanzan en rumbo de colisión desde Yalta, y aun antes. Un conflicto económico que no pudo ser resuelto por la vía política, ahora se dirime por la vía militar y, detrás del telón de fondo, aguardan los actores que esperan que sobre sus cenizas quede reconfigurado el nuevo orden mundial del siglo XXI.
Hemos visto por televisión y redes sociales imágenes desgarradoras y el mundo se ha indignado con ellas, y con razón; las mismas imágenes crueles y cotidianas en muchos países desde hace más de 20 años (Irak, Libia, Siria, Afganistán, etc.) y que, sin embargo, han estado convenientemente ocultadas por los protagonistas de esos conflictos, precisamente para no despertar esa indignación (que en su momento condicionó Vietnam) que hoy clama el cese inmediato de una guerra, sin dudas, ilegal.
Quienes hoy se indignan por lo que ocurre en Ucrania, si no se indignaron por otras guerras, no fue por falta de humanidad, solidaridad o empatía, sino por falta de conocimiento, porque la información en torno a esos conflictos ha sido cuidadosa y deliberadamente ocultada y/o editada por sus responsables.
Los relatos se construyen de acuerdo con las agendas, por eso llama a sospecha el paroxismo con que los medios trataron a finales de año la des[¿re?]composición política haitiana y, de repente, el silencio total frente a la misma, como si la violencia hubiera cesado y la situación se hubiera normalizado. Pero más llama la atención las declaraciones del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, de la ONU, dos días después que el presidente Abinader informara al congreso -justo el día en que dominicana celebra su independencia de Haití-, la construcción de la “verja fronteriza para tener un mayor control de los flujos migratorios y atajar allí mismo el contrabando, el tráfico de personas…”.
Hay que tener cuidado en cómo se van construyendo los relatos, adelantarse a ellos y, a cada argumento responder en contrario de manera activa, preventiva y a nivel de Estado, con el rigor, contundencia, urgencia y celeridad que el caso amerita. Con una economía tan dependiente de la imagen (turismo y exportaciones de productos agrícolas a EUA y la UE), un mercado internacional fácilmente manipulable en términos visuales y consumidores que se decantan por los mensajes cortos, simples y potentes, quizás, más adelante, podríamos ser víctimas de esa misma indignación.