Por un nuevo orden fronterizo

 Vinicio A. Castillo Semán

Siempre he escuchado que las crisis suelen traer oportunidades.

Eso es así en la vida de las personas y de las naciones.

La crisis generada en las relaciones República Dominicana-Haití por el intento de robo del río Masacre por parte de Haití, está presentando oportunidades para que República Dominicana redefina aspectos fundamentales para su política migratoria y de control fronterizo.

En el aspecto migratorio, casi 100 mil haitianos ilegales se han regresado a su país voluntariamente.

Los hospitales de la frontera han reportado baja significativa de demanda servicios de salud de ilegales haitianos, lo que representa ahorro importante para el Estado dominicano y puede impactar en mejores servicios de salud para los dominicanos fronterizos.

Igualmente la militarización y cierre migratorio, incluyendo suspensión de emisiones de visas para ciudadanos haitianos, implica un mayor control migratorio y un duro golpe a las mafias que trafican indocumentados y en ocasión de ello tráfico de drogas y otros ilícitos.

Igualmente, el gobierno ha dispuesto que el intercambio comercial se llevará en perímetro limitado de espacio, bajo control de militares y exigiendo datos biométricos a los comerciantes haitianos.

La búsqueda de nuevos mercados para los productores de pollos y huevos, productos agrícolas, son de los efectos positivos que está trayendo esta crisis.

Por primera vez las provincias fronterizas de República Dominicana aparecen en el radar de las prioridades del Estado Dominicano.

El tema de urgencia de mecanizar agricultura e industria de la construcción está ya en medidas concretas del gobierno a raíz de esta crisis República Dominicana-Haití. El presidente Abinader ha dicho que al exceso de mano obra extranjera le queda poco.

Otro efecto de esta crisis, reitero y enfatizo no la creamos nosotros, es la gran unidad nacional se ha dado en defensa de nuestra soberanía.

Salvo la línea política de Leonel Fernández y su partido Fuerza del Pueblo, el dominicano ha entendido más allá de diferencias políticas y electorales, está el país, y que frente a Haití tenemos que estar unido monolíticamente.

El país aprueba la militarización y cierre de la frontera en aspectos migratorios.

Aprueba las medidas tomadas por el gobierno y la defensa que se ha hecho de República Dominicana en Organización de Estados Americanos (OEA).

De la crisis actual, debe surgir un nuevo orden sobre migración y control fronterizo.

Un antes y un después que ponga orden en el desastre migratorio hemos tenido por décadas.

Listín Diario

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