Abinader: producción e inflación

Por MIGUEL SOLANO

Todo el que anduvo por la Feria Internacional del Libro, efectuada entre el 22 de abril y el 10 de mayo de 2022, sabe lo que es una crisis gerencial, pues la ministra de cultura, doña Milagros Germán no fue capaz, ni siquiera, de entregar los estantes. La crisis allí fue de tal magnitud que el presidente Luis Abinader tuvo que cancelar su aparición en el acto inaugural y no se apareció en la clausura, crimen que no había cometido ni siquiera el muy inculto Danilo Medina.  Todos creímos que esa noche, al recibir el informe, el presidente despediría a la ministra, pero no ocurrió. El presidente creyó que era más oportuno dejar que eso se jodiera.

Yo estoy en ese mundo y lo amo. Busqué soluciones, hablé con altos dirigentes del PRM y altos funcionarios del gobierno, quienes, con el argumento de que saben por qué Abinader jamás la despedirá, entendieron lo mismo que había entendido el presidente: ¡dejar que eso se jodiera! 

En materia agrícola e inflacionaria el presidente parece sufrir el mismo dilema y se mueve en su cabeza la idea de que la mejor solución es dejar que eso se joda. desde el año 1996, desde el primer gobierno de Leonel Fernández, defendimos como estrategia innegociable la seguridad alimentaria. Y le pedimos al presidente Fernández que despidiera al ministro de industria y comercio pues quería acabar con la producción nacional para que su familia y sus socios hicieran millones y millones con las importaciones. Fernández no lo pensó dos veces y además de despedir al ministro se le hizo saber a la oligarquía comercial que no jugaríamos con la seguridad alimentaria del pueblo.

Abinader hizo lo contraria, pero claro, ahora quien está en palacio, diseñando y ejecutando políticas es la propia oligarquía, es esa fuerza oscura que cuando maca arrulla. ¿Cómo puede pensar el presidente que las importaciones bajaran la inflación cuando el mundo entero sabe que la inflación viene como resultado de la política aplicada en Washington?

Todo el que visita un mercado sabe que estamos, aun, abastecidos. Vaya a la Feria, mire y pregúntese por qué el presidente no lo ve. La desgracia está en que los cheles que consiguen los productores sirven cada ves menos, incluso sirven menos mientras mas aumentan los precios, pues la producción agrícola tiene un costo de almacenamiento muy alto y esperar mejores precios es hundirse en el lodo de la putrefacción. 

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