Abusadores/abusados ¿Cómo ayudamos a un niño víctima?

Inés Aizpún

La tragedia (sí, la palabra le calza) del abuso en las escuelas se vive en todas las latitudes, no solo aquí. La infancia y la adolescencia entre abusos verbales, violencia física, aislamiento hiriente y dirigido… es algo que marcará la personalidad del escolar para toda su vida. El silencio por la vergüenza a reconocerse víctima, el fracaso escolar, la autoestima destrozada… ¿cómo se sale de eso?

¿Cómo ayudamos a un niño víctima? No parece que los protocolos actuales tengan los resultados necesarios, a tenor de lo revelado por la encuesta del  Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (Ideice) ¿Y qué hacemos con el abusador,  el violento, el agresor? ¿Cómo se maneja este caso? Expulsarlo es ilegal. Suspenderlo unos días probablemente no baste.  ¿Y los padres? Muchos defienden a sus hijos y lo que haga la escuela o el colegio no permea en el hogar, por tanto no es determinante.

Pero tampoco los profesores se libran. Muchos cuentan  las dificultades, cada año mayores,  para mantener la disciplina en el aula. Las faltas de respeto que sufren desde  de los pupitres, la agresividad de los padres cuando tratan de avisarles del problema, la indefensión que sienten ante estos casos. De eso no se habla lo suficiente.

Si no se respeta a los profesores y los niños no están en un entorno seguro, la escuela no cumplirá su misión. Educar es enseñar a vivir mejor, repite  Jacqueline Malagón. Una frase que engloba mucho más que matemáticas, ciencias y sociales.

Las tecnología ha venido a ayudar a aprender pero también a impedir hacerlo. Absortos en sus pantallas, los escolares se asoman a una vida que todavía no les corresponde, les crea adicción tecnológica y probablemente no estén enganchados a canales «de buen comportamiento».

Diario Libre

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