Agentes desalmados
Por Aníbal de Castro
Primero ha llegado la mala práctica que una definición adecuada de un verbo que en inglés revela el racismo de muchos agentes norteamericanos del orden: profiling. La traducción literal sería perfilar, que en nuestro idioma no tiene este significado: el acto de sospechar o atacar a una persona sobre la base de las características o el comportamiento observados. Es lo que habitualmente realizan los agentes de Migración responsables de la deportación de extranjeros, entiéndase haitianos.
Le tocó esta vez a un agente de la Policía, Onesis Solís Contreras. La narración que este hace es desconcertante. Confirma las denuncias frecuentes en los medios de comunicación y que dan lugar a que nos acusen injustamente de racistas. Por las ramas no se mide el bosque. Sin mediar palabras y por el solo hecho de que la fisonomía del policía se corresponde con el perfil que en la cabeza de estos abusadores se asemeja a un haitiano, le entraron a golpes. Se libró de una paliza en toda regla porque entre sopapo y sopapo logró identificarse.
A este episodio antecede otro de más envergadura: la violación de una menor haitiana por otro agente de Migración. Pese a la condena generalizada, la Justicia ha sido lenta en plantear acusaciones formales. Curioso que la cancillería haitiana protestara por ese abuso cuando en el vecino país la violencia contra la mujer, incluyendo a niñas indefensas, es ocurrencia diaria. Lo que diferencia esta violación de las centenares ejecutadas por miembros de las bandas armadas allende la frontera, es que allá la impunidad está asegurada de antemano, no así del lado dominicano.
Ha habido despidos en Migración por mala conducta, pero no suficientes. El profiling y la violación así lo demuestran.
Diario Libre