¡Albricias! Qué bueno ha sido el Rebote Económico

El mayor crecimiento, ya sea rebote, recuperación o una combinación de ambas cosas, trajo bienestar a los dominicanos, permitió mejorar la calidad de vida y fue un bálsamo de buenas noticias

Por MAGÍN J. DÍAZ 

Históricamente la economía dominicana ha rebotado con fuerza luego de cada crisis. “Si fue rebote o recuperación me vale madre. Lo importante es que se dio y todos nos beneficiamos,” dice Raúl Feliz, el influyente economista dominicano establecido en México.

La economía creció 12.3% en el año 2021 y como los dominicanos nunca estamos conformes, ahora el debate es que si eso fue rebote o una ilusión luego de la crisis. Y claro que hubo un rebote, porque la base de comparación es baja, pero también logramos recuperación dado que superamos el nivel de la mayoría de los indicadores de 2019.

Es decir, se trató de una combinación. Pero si hubiese sido solamente rebote, tampoco es nada malo. Si hay algo de lo que tiene capacidad nuestra economía es de rebotar luego de una crisis.

La economía dominicana sólo presenta seis episodios de crecimiento negativo desde 1961 a la fecha. Eso da un promedio de una crisis cada diez años aproximadamente y nos posiciona como una de las economías de la región que menos crisis ha experimentado. Históricamente, la economía dominicana ha rebotado con fuerza luego de cada crisis. Veamos:

  • 1961. La economía cayó 2.3% para luego crecer a una tasa promedio de 10% en los tres años siguientes.
  • 1965. El país experimentó la mayor caída de la historia (-12.5%) para pasar al año siguiente a crecer 13.5%. Entre 1966 y 1973 creció a una tasa promedio de 10%. 
  • 1985. La economía cayó 2.1% y luego se recuperó para crecer 3.5% en 1986 y 10.1% en 1987. 
  • 1990. La economía cayó 5.5% y ya en 1992 estaba creciendo 11.2%. Entre 1992 y 1997 creció a una tasa promedio de 7%.
  • 2003-2004. Fruto de la crisis bancaria la economía cayó 1.3% en 2003 y apenas creció 2.6% en 2004, para luego crecer dos años a tasas superiores al 9% y en promedio hacerlo a 7.3% entre 2005 y 2008. 
  • 2009. Debido a la crisis financiera internacional el crecimiento se redujo a 0.9% en 2009 para luego rebotar con fuerza en 2010 a razón de 8.3%.
  • 2020. Se observó la segunda caída más grande en la actividad económica desde 1961, la cual fue de 6.7%; y en 2021 el crecimiento fue de 12.3%, la tasa más alta desde 1973, año en que fue 12.9%.

Y veamos algunos de los resultados de esta combinación rebote/recuperación:

  • Nos ubicamos entre las tres economías de mayor crecimiento en América Latina. De hecho, crecimos el doble que el promedio de la región.
  • El PIB en dólares cerró en US$ 94,400 millones de dólares, un 20% mayor al observado durante de la pandemia. De acuerdo al Banco Mundial, apenas un 27.5% de los países de Ingresos Medios en el mundo (36 de 131 países) superaron los niveles de PIB per cápita real observados previos a la pandemia. Nosotros fuimos uno de esos países.
  • Se recuperaron los empleos perdidos; y los ocupados totales (formales e informales) pasaron de 4.4 a 4.7 millones. La tasa de desocupación abierta pasó de 7.4% a 7.1%.
  • Las Reservas Internacionales del Banco Central cerraron el mes de diciembre con más de US$ 13,000 millones de dólares, equivalentes a siete meses de importaciones y 14% del PIB.
  • La deuda pública consolidada disminuyó de 69.5% a 62.7% del PIB.
  • El sector turístico se recuperó a un ritmo que fue considerado por el director de la Organización Mundial del Turismo como un ejemplo mundial.
  • Las exportaciones también rebotaron y esto contribuyó a crear empleos en sectores claves como las zonas francas.
  • El rebote acelerado hizo que el país fuera visto como un destino confiable para la inversión extranjera y esto nos ayudó a recibir más de US$ 3,000 millones en 2021 por este concepto.
  • Aumentaron las recaudaciones del Gobierno.
  • Las facilidades que otorgó el Banco Central contribuyeron a que el sistema financiero tuviera un año impresionante: se dinamizaron los préstamos, no solo al consumo, sino a sectores claves como el comercio, la industria y la construcción. Todo esto en un contexto de bajas tasas de interés y estabilidad del sistema.

En resumen, el mayor crecimiento, ya sea rebote, recuperación o una combinación de ambas cosas, trajo bienestar a los dominicanos, permitió mejorar la calidad de vida y fue un bálsamo de buenas noticias en un contexto en que el virus siguió azotando el mundo. Y es que el crecimiento es bueno: lo fue en los Gobiernos anteriores y lo sigue siendo ahora.

Como bien dice Raúl Feliz, el influyente economista dominicano establecido en México: “Si fue rebote o recuperación me vale madre. Lo importante es que se dio y todos nos beneficiamos.”

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