Análisis: «El asesinato de Charlie Kirk deja al descubierto la sangrienta fractura política de Estados Unidos»

Autor,Anthony Zurcher

Corresponsal de BBC News en América del Norte

Momentos antes de que el disparo lo cambiara todo, miles de estudiantes se habían reunido bajo un cielo azul despejado en una idílica universidad de Utah para escuchar a un hombre considerado una estrella de rock en la política conservadora universitaria.

Mientras Charlie Kirk, de 31 años, se sentaba bajo una carpa y debatía con sus oponentes políticos, muchos de los que se reunieron allá, sentados en el césped, vitorearon, incluso algunos protestaron. Segundos después, todos corrían aterrorizados.

El activista recibió un impacto de bala en el cuello que lo hirió de muerte. El episodio ocurría mientras las cámaras grababan, algunas mostrando el asesinato con detalles muy sangrientos.

Las imágenes serán difíciles de olvidar, especialmente para los muchos jóvenes conservadores para quienes Kirk era una celebridad. El líder de su movimiento, independientemente del motivo final de su asesinato, ahora será visto como un mártir de la causa.

En el pasado, Kirk advirtió sobre lo que él mismo consideraba la amenaza de violencia por parte de sus críticos, de los que tenía muchos dado su provocador estilo de conservadurismo.

Sin embargo, estaba dispuesto a viajar a los campus universitarios, donde la política suele inclinarse hacia la izquierda, y debatir con todo aquel que llegara.

Se celebra un homenaje a Charlie Kirk, quien fue asesinado a tiros en Utah, en la sede de Turning Point USA en Phoenix, Arizona, EE.UU., el 10 de septiembre de 2025.Fuente de la imagen,Reuters

Fue un defensor del derecho a portar armas y de los valores conservadores, un crítico abierto de los derechos de las personas transgénero y un firme partidario de Donald Trump. Su organización Turning Point US jugó un papel clave en la participación de la campaña electoral que llevó al presidente a regresar a la Casa Blanca este año.

La carpa donde le dispararon tenía un lema estampado: «Demuéstrame que estoy equivocado».

Fue un héroe, en particular para los jóvenes estudiantes conservadores, a quienes atendía dondequiera que estuvieran y les ofreció un movimiento propio.

El fundador y presidente de Turning Point USA, Charlie Kirk, habla en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en National Harbor en Oxon Hill, Maryland, EE. UU., el 28 de febrero de 2019.Fuente de la imagen,Reuters

El asesinato de Kirk es otro episodio de impactante violencia armada en Estados Unidos y el último de una serie cada vez más larga de violencia política reciente.

A principios de este año, dos legisladores estatales demócratas en Minnesota fueron baleados en sus casas, y uno de ellos falleció a causa de las heridas.

El año pasado, Donald Trump fue blanco de dos intentos de asesinato. Su roce con una bala en un mitin al aire libre en Butler, Pensilvania, guarda sorprendentes similitudes con el tiroteo del miércoles en Utah; ambos ocurrieron ante multitudes reunidas en lugares al aire libre.

Dos años antes, un asaltante armado con un martillo irrumpió en la casa de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, una prominente demócrata.

En 2017, un hombre abrió fuego contra congresistas republicanos que practicaban en un campo de béisbol del norte de Virginia.

Es difícil predecir el futuro de la política estadounidense, pero el panorama es desolador.

La violencia genera violencia. La retórica cada vez más divisiva, alimentada por las burbujas informativas de las redes sociales y el fácil acceso a las armas de fuego, genera nerviosismo y aumenta la posibilidad de un derramamiento de sangre.

 La gente corre y se agacha después de que el activista y comentarista de derecha estadounidense Charlie Kirk fuera baleado en un evento de la Universidad del Valle de Utah en Orem, Utah, EE. UU., el 10 de septiembre de 2025. Trent Nelson/The Salt Lake Tribune vía REUTERS.Fuente de la imagen,Reuters

Tanto activistas conservadores como políticos locales están analizando cuáles son las medidas de seguridad necesarias para implementar en sus apariciones públicas, en especial tras el tiroteo de Minnesota.

Aún así, el atentado contra Trump en Butler estuvo a punto de terminar con su vida. Y eso a pesar de la presencia en el lugar de fuerzas de seguridad locales y federales entrenadas para ello.

Si existe la sensación de que nadie está a salvo -de que la vida pública se ha convertido en un deporte sangriento-, esto tendrá su propio efecto corrosivo en la política estadounidense.

Trump, en un discurso en video desde el Despacho Oval publicado en su sitio web Truth Social este miércoles por la noche, calificó la muerte de Kirk como un «momento oscuro para Estados Unidos».

Pero no tardó en culpar a la «izquierda radical» de ello. Repasó algunos de los recientes casos de violencia política -aquellos dirigidos contra conservadores- y afirmó que su gobierno encontraría a «todos y cada uno de los que contribuyeron a esta atrocidad y a otros actos de violencia política».

Sin duda, estos comentarios serán bien recibidos por aquellos de derecha que, horas después del tiroteo, pidieron represión para los grupos de izquierda. «Es hora, dentro de los límites de la ley, de infiltrar, desestabilizar, arrestar y encarcelar a todos los responsables de este caos», escribió el activista conservador Christopher Rufo en X.

Imagen de la «persona de interés» publicada por el FBI.

Muchos republicanos y demócratas prominentes, incluyendo posibles candidatos presidenciales para 2028, se unieron para condenar la violencia política y pedir una moderación en la retórica.

Pero el miércoles por la noche, en el Congreso, al minuto de silencio por Kirk le siguió una discusión a gritos entre legisladores, otro indicador de que las tensiones partidistas siguen siendo altas.

Mientras tanto, en Utah, testigos, fuerzas del orden y líderes estatales y locales lidian con el trauma del día.

En comentarios emotivos durante una conferencia de prensa, el gobernador Spencer Cox, quien se ha pronunciado con frecuencia contra la retórica política acalorada y la división política, describió a la nación, que pronto celebrará un aniversario histórico de su fundación, como «rota».

«¿Es esto todo?», preguntó. «¿Es esto lo que 250 años nos han traído? Rezo para que no sea así», dijo.

La duda en su voz subrayaba la simple verdad de que, hoy en día, el futuro de Estados Unidos -y la posibilidad de que su política violenta pueda arreglarse- parece incierto.

BBC

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