Argentina, una crisis económica y cinco clones

Las elecciones argentinas, breves de la guerra Israel-Hamás, un recetario latinoamericano y más.

Por Elda Cantú

The New York Times

Argentina va a las urnas el domingo para elegir a su próximo presidente. El país de 46 millones de habitantes está sumido en una gran crisis económica.

Los principales contendientes son Javier Milei, candidato libertario de ultraderecha, Sergio Massa, ministro de Economía de centroizquierda, y Patricia Bullrich, una candidata conservadora que fue ministra de Seguridad. Si ninguno consigue el porcentaje requerido, los dos favoritos irían a segunda vuelta el 19 de noviembre.

Jack Nicas, jefe de la corresponsalía del Times para Argentina y otros países de América del Sur, nos contó lo que se vive allá por estos días.

Elda: Jack, ¿qué es lo que está en juego en la votación? ¿Cuáles son los grandes temas?

Jack: Hay dos grandes temas que dominan esta campaña: la economía y Javier Milei. Argentina se encuentra en medio de uno de sus peores momentos económicos, y este es un país que ha vivido en cierto estado de agitación económica durante casi un siglo. La inflación anual supera el 130 por ciento y el valor del peso argentino se desploma. En abril de 2020, al comienzo de la pandemia, con un dólar se compraban unos 80 pesos en Argentina. En un momento de la semana pasada, un dólar valía más de 1000 pesos.

Sin embargo, la economía siempre es un tema importante en las elecciones, particularmente en Argentina. La diferencia este año es el ascenso de Milei. Es un tipo de candidato totalmente nuevo en el país, con un estilo impetuoso y poca experiencia política o de gestión, y sus propuestas radicales de deshacerse del banco central y sustituir el peso por el dólar estadounidense han dominado la conversación nacional en los últimos meses.

Para muchos votantes, Milei representa una ruptura emocionante con la política tradicional, que consideran que ha fracasado económicamente. Pero para muchos otros, Milei representa un arriesgado y peligroso giro a la derecha justo cuando la nación se encuentra en un momento frágil.

EC: El año pasado cubriste las elecciones de Brasil. En ese país, la campaña de Jair Bolsonaro tuvo muchos paralelos con las posturas de Donald Trump en lo referente a las instituciones democráticas. Milei recibe de buena gana las comparaciones con Trump y Bolsonaro. ¿Son válidas?

JN: Sí, sobre todo en lo que se refiere al estilo político. Los tres han atacado duramente a sus rivales y a la prensa; los tres han cuestionado la ciencia, incluido el cambio climático; los tres han respaldado teorías conspirativas, específicamente en torno al fraude electoral, y los tres han mostrado un afán por ser políticamente incorrectos. Todos han tenido éxito con esta fórmula, en parte porque han recurrido a las redes sociales para sortear los canales tradicionales de comunicación y dirigirse directamente a los votantes.

Pero hay, por supuesto, diferencias. Milei, en particular, parece estar impulsado por una profunda creencia ideológica en las teorías económicas libertarias según las cuales el Estado debe mantenerse al margen de la vida de los ciudadanos. Eso lo ha llevado a proponer recortes importantes de impuestos, del gasto federal y del tamaño del gobierno argentino, como cabría esperar de un político conservador. Pero sus ideales libertarios hacen que sea una figura menos conservadora en el sentido tradicional, sobre todo en algunos temas sociales.

EC: En los últimos días has publicado sobre distintas facetas de Milei, como la historia sobre sus ‘hijitos de cuatro patas’. Esta última es mucho más que un relato sobre unas mascotas y su dueño. ¿Qué te sorprendió más de esa reportería?

JN: Decidí enfocarme en la relación de Milei con sus perros porque buena parte de su insólita candidatura se ha basado en su personalidad excéntrica. Y hay pocos mejores ejemplos de esa personalidad que la relación excepcionalmente cercana con sus perros.

Esa historia comenzó con un mastín llamado Conan que Milei dice que le salvó la vida cuando estaba en un mal momento. Pero, en 2018, se convirtió en algo más, al menos físicamente, cuando clonó a Conan y consiguió cinco copias genéticas de ese perro.

Creo que lo que más me sorprendió del reportaje fue que la clonación de mascotas se ha vuelto relativamente común y corriente hoy en día, si tienes el dinero. (En EE. UU., 50.000 dólares te garantizan un clon de tu perro). Pero también me sorprendió lo importantes que son estos perros para Milei. Con frecuencia ha llorado al hablar de Conan, y tampoco ha desmentido —y a menudo ha alimentado— los rumores de que cree que puede comunicarse telepáticamente con ellos para que le den consejos estratégicos.

EC: Como corresponsal internacional, ¿puedes relatarnos lo que has visto en el país antes de la votación? ¿Qué planes tienes para este fin de semana?

JN: Viajé al estado de Salta para hablar con los votantes y ver una de las caravanas de Milei, que se han convertido en una parte central de su campaña. El ambiente en el acto me dio la sensación de que Milei se está convirtiendo en una figura de culto para algunos argentinos.

Este fin de semana estaré reportando desde Buenos Aires y seguiré hablando con los votantes y las campañas. Natalie Alcoba y Lucía Cholakian Herrera, reporteras con las que trabajamos en Argentina, también ayudarán en la cobertura de la jornada electoral, cada una estará en una sede de campaña a medida que se vayan conociendo los resultados.

The New York Times

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