Arritmias y dislates poetizados
Guillermo Caram
[email protected]
“Mientras el corazón y la cabeza sigan batallando…habrá poesía” IV Rima de Bécquer
Según Bosch, referente de quienes gobiernan, nuestra nación no ha evolucionado a ritmos compatibles con los predominantes internacionalmente.
Esta apreciación se está testimoniando ahora.
Mientras esfuerzos internacionales procuran sofocar inflación, nacionalmente la encendemos y espiralizamos mediante incrementos salariales tan contagiosos que alientan orquestación de intranquilizadoras movilizaciones nacionales para estos fines.
Mientras mundialmente preocupan desabastecimientos hasta amenazar hambrunas, actuamos con timidez en volcar masivamente esfuerzos y recursos en producir alimentos.
Mientras esas amenazas se concentran alrededor de granos importados, no percibimos voluntad firme para producir sustitutos como maíz y maní que dejaron de producirse nacionalmente por costos otrora no competitivos pero que hoy pueden serlos. Ni notamos avances para introducir producción masiva de granos anunciados pomposamente hace 14 meses: “Gobierno sembrará 300 mil tareas de maíz y sorgo”,
Mientras JPMorgan proyecta el petróleo Brent a US$185/barril, nuestras iniciativas para mejorar transporte se concentran en adquirir autobuses para corredores, repartiéndolos entre sindicatos gremializados, algunos con cuentas pendientes con justicia; obviando medidas reductoras de consumo aconsejadas internacionalmente como trabajo a distancia, flexibilización horaria, organizar tráfico y alternar circulación para evitar taponamientos.
Mientras atacamos inflación vía control monetario/tasa de interés con satisfactorios resultados coyunturales, ignoramos sus efectos en incrementar costos ante oferta agropecuaria creciendo rezagadamente, (2%), frente a demanda exacerbada por aumentos salariales del 24%.
Para aumentar producción agropecuaria incidente en satisfacer la mas básica de las necesidades humanas, alimentación, se requiere inversiones; igual que para el transporte que lleva lo producido a consumidores.
Pero mientras funcionarios se regodean de anunciar y/o aprobar proyectos-RD$66mil millones en primer trimestre 2022, triplicando 2021-la ejecución presupuestaria apenas reporta 52% del promedio diario programado.
Mientras todo esto y más evidencia que predominan en autoridades dislates poetizados provocados por emotividades emanadas del corazón, aplausos de conmilitones y complacencias populares, en lugar de seguir dictámenes de la razón; el riesgo de sufrir por carencias y carestías penderá sobre nuestra nación.
Y sobre la sostenibilidad y perfectibilidad de nuestra democracia.