Auge de comercios chinos en República Dominicana genera debates sobre regulación

Santo Domingo, 7 de febrero La inversión china en el comercio local de República Dominicana está experimentando un crecimiento exponencial, generando debates sobre la posible explotación de debilidades regulatorias en el país. El fenómeno se manifiesta con la proliferación de comercios chinos en diversas zonas del Gran Santo Domingo y otras provincias, abarcando grandes extensiones de terreno y compitiendo con establecimientos comerciales tradicionales.

A diferencia de los pequeños negocios chinos que solían centrarse en ropa, picapollos y moteles, la nueva ola de comercios se ha expandido hacia áreas más amplias y estratégicas para el comercio. Estos establecimientos, ahora de dos niveles o más, ofrecen una amplia variedad de productos que incluyen ropa, calzado, plásticos, artículos ferreteros, electrodomésticos, cosméticos y más, compitiendo directamente con tiendas y grupos comerciales tradicionales.

Jennifer Troncoso, directora ejecutiva de la Organización Nacional de Empresas Comerciales (ONEC), destaca que la presencia china se ha extendido a todas las provincias dominicanas, con grandes superficies que rivalizan con comercios locales. La cartera de productos diversificada y los precios aparentemente más bajos han atraído a un creciente número de clientes.

Sin embargo, la competencia desleal es motivo de preocupación para los comerciantes dominicanos, quienes señalan que algunos de estos negocios chinos no cumplen con las normativas establecidas para su construcción. La ONEC encargó al urbanista Omar Rancier investigar una construcción en la avenida Gregorio Luperón, donde se encontraron múltiples violaciones a las normas municipales, especialmente en lo que respecta a los estacionamientos.

Rancier señaló deficiencias en la cantidad y ubicación de los estacionamientos, así como problemas con las salidas de emergencia en una construcción que originalmente fue aprobada para dos niveles, pero se está desarrollando con cinco niveles. Esta situación ha suscitado el debate sobre la necesidad de una regulación más estricta y supervisión en el sector.

Jennifer Troncoso expuso que la diferencia de precios se debe, en parte, a que algunos comercios chinos no están pagando impuestos ni cumpliendo con ciertas cargas laborales. Mientras el debate sobre la competencia desleal continúa, la proliferación de comercios chinos plantea interrogantes sobre la necesidad de fortalecer las regulaciones y supervisión para garantizar un juego equitativo en el mercado local.

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