Biden traslada su rabia y condolencias a Kishida por el asesinato de Abe

Washington, 8 jul (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, trasladó este viernes en una llamada telefónica con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, su rabia, tristeza y condolencias por el asesinato del ex primer ministro nipón Shinzo Abe.

En un comunicado, la Casa Blanca informó del contenido de la llamada, en la que Biden recalcó la importancia del legado de Abe por su visión de una región indopacífica «libre» y la creación del grupo conocido como QUAD, formado por Japón, EE.UU., Australia e India.

Antes de la llamada, Biden ya había condenado públicamente el asesinato de Abe, que fue tiroteado en un acto electoral en plena calle, y dijo sentirse «aturdido, indignado y profundamente apenado» por la noticia.

En un comunicado emitido por la Casa Blanca, Biden aseguró que el asesinato de Abe es «una tragedia para Japón y para todos los que le conocían», y mandó condolencias a la familia del exmandatario.

«Siendo el primer ministro japonés que más sirvió en el cargo, su visión de un Indopacífico libre y abierto persistirá. Sobre todo, le importaba profundamente el pueblo japonés y dedicó su vida a su servicio», añadió.

El presidente estadounidense también quiso referirse a la violencia con armas de fuego, algo poco frecuente en Japón: «La violencia armada siempre deja una cicatriz profunda en las comunidades a las que afecta».

Por la tarde, Biden se desplazó a la residencia del embajador japonés en Washington para ofrecer su pésame y dejar un mensaje de agradecimiento al exmandatario sobre el libro de condolencias instalado por las autoridades niponas sobre un pequeño altar de flores.

El mandatario estadounidense conoció a Abe durante su etapa como vicepresidente en el Gobierno de Barack Obama (2009-2017).

El influyente político japonés falleció a las 17:03 hora local (08:03 GMT) en un hospital de Nara, unas cuatro horas después de ser trasladado al centro en helicóptero desde el lugar del ataque y sin que los médicos pudieran salvar su vida por los daños que sufrió en el corazón y varias arterias.

El detenido por el atentado, Tetsuya Yamagami, es un hombre desempleado de 41 años y exmiembro de las Fuerzas Marítimas de Autodefensa (Ejército nipón), quien se encontraba «insatisfecho» con el exmandatario, por lo que «se dirigió a matarlo», según dijeron fuentes policiales.

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