Casi mil defensores salen de Azovstal mientras crece en Rusia el rechazo a un canje

Moscú/Kiev, 18 may (EFE).- Casi mil defensores ucranianos que permanecían en la acería de Azovstal han abandonado la planta de Mariúpol y son ahora prisioneros de Rusia, que continúa sin revelar si accederá a un canje como propone Kiev ante el creciente rechazo entre la élite política en casa y los líderes prorrusos del Donbás.

Horas después de que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, afirmara que la misión de evacuación de los «héroes de Azovstal» continuaba y que estaban implicados «los mediadores internacionales más influyentes», Rusia aseguró que otros 694 defensores ucranianos de la metalúrgica «se habían entregado», incluidos 29 heridos.

Los militares que salieron en la última jornada de la planta se suman a los 265 evacuados el lunes de la acería, entre ellos 51 gravemente heridos, según Rusia.

De esta forma en dos días, «un total de 959 militantes han sido hechos prisioneros, incluidos 80 heridos», sostuvo el portavoz del Ministerio ruso de Defensa, el general mayor Ígor Konashénkov.

MEDIO CENTENAR HOSPITALIZADOS

Medio centenar han sido sen el hospital de Novoazovsk, localidad controlada por Rusia en la autoproclamada república popular de Donetsk.

Rusia publicó vídeos supuestamente grabados en el interior del hospital para difundir el mensaje de que los militares reciben un trato humano.

Todo ello en medio de la preocupación de organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional (AI) por el destino de los soldados como prisioneros de guerra.

Uno de los defensores hospitalizados afirma, sin que se sepa si lo hace de forma voluntaria o no: «Nos tratan bien, no hay presión física o psicológica y nos dan de comer».

El Comité de Investigación de Rusia dijo la víspera que interrogará a los militares de Azovstal en el marco de «la investigación de casos penales relacionados con los crímenes del régimen de Kiev contra civiles en el Donbás».

Rusia no reveló cuántos defensores más quedan en la acería.

El líder separatista prorruso de la autoproclamada república de Donetsk, Denís Pushilin, afirmó hoy que «los comandantes de más alto rango» de los defensores aún permanecen en sus instalaciones.

«Hasta ahora no han salido comandantes del más alto nivel», señaló Pushilin, según la agencia de noticias de Donetsk (DAN).

KIEV MANTIENE EL SILENCIO

Kiev ha mantenido el silencio desde que informó de su intención de intercambiar a los militares por prisioneros rusos.

Rusia no revela si accederá a un canje, pero dentro del país han surgido voces duras en la Cámara baja, la Fiscalía y en el Donbás prorruso que rechazan enérgicamente esta posibilidad.

Este miércoles el pleno de la Duma debía empezar a estudiar con urgencia un proyecto de resolución que prohibiría un canje por «criminales nazis», como califica Rusia a los combatientes nacionalistas del batallón Azov.

El presidente de la Cámara baja, Viacheslav Volodin, explicó en su cuenta de Telegram que la tramitación no será tan exprés, sino que el pleno ordenó a los comités parlamentarios que estudien el tema.

«Nuestro país trata con humanidad a quienes se rindieron o fueron hechos prisioneros. Pero en cuanto a los nazis, nuestra posición aquí debe seguir siendo la misma: son criminales de guerra, y debemos hacer todo lo posible para llevarlos ante la Justicia», dijo.

El regimiento de Azov, creado en 2014 precisamente en Mariúpol, está integrado plenamente desde finales de ese año en la Guardia Nacional de Ucrania.

PROHIBIR EL CANJE Y PLANES PARA MARIÚPOL

Un día antes, el diputado Leonid Slutski, que encabeza el grupo parlamentario del ultranacionalista Partido Liberal Democrático de Rusia y que participó en las negociaciones con Ucrania, afirmó que los combatientes de Azov merecen la pena de muerte.

Pushilin a su vez indicó hoy que un tribunal decidirá sobre el destino de los defensores de Azovstal, según DAN.

Todo ello se suma a la petición de la Fiscalía rusa al Tribual Supremo para que declare organización terrorista al batallón Azov, equiparándolo con los talibanes, que Rusia sin embargo ha recibido en varias ocasiones, incluso antes de que llegaran al poder en Afganistán el año pasado.

El líder separatista también dijo que la acería será demolida y que en su lugar se planea levantar un campus tecnológico, una zona residencial o un parque, mientras que de Mariúpol los prorrusos quieren hacer una ciudad balneario.

La Alcaldía de la ciudad recordó al líder separatista que Azovstal generó antes de la guerra 10.000 empleos y miles de millones de dólares en ingresos e impuestos.

Además, denunció que, debido al bombardeo ruso contra la acería, «existe una amenaza de extinción completa del mar de Azov», ya que las instalaciones técnicas contienen decenas de miles de toneladas de solución concentrada de sulfuro de hidrógeno y su fuga mataría por completo la flora y fauna» de este mar interior.

La urbe ha quedado prácticamente destruida, según las autoridades locales ucranianas, que han cifrado en unos 20.000 a los civiles fallecidos durante el asedio ruso, en lo que es una de las mayores crisis humanitarias de esta guerra.

Según dijo hoy el alcalde de Mariúpol, Vadym Boychenko, aún quedan más de 100.000 ciudadanos en la ciudad que hay que evacuar cuanto antes, dado que la ONU ha alertado de posibles brotes de cólera y otras enfermedades como la disentería por las condiciones inhumanas en las que viven, algo que podría «causar miles de muertos».

A la vez, Ucrania ha denunciado la deportación por parte de Rusia de casi 40.000 ciudadanos de Mariúpol a través de campos de filtración.

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