CATALEJO: Psicópatas en la política

Por ANULFO MATEO PEREZ

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La personalidad está esencialmente conformada por la suma algebraica de factores biológicos y sociales, es decir, por la interacción del temperamento, carácter e inteligencia, por demás, perceptibles.

Se imbrican la morfología corporal en el aspecto estático, el temperamento en el dinámico y las condiciones neurofisiológicas que conforman su base y la de las actitudes, status social y rol del sujeto.

Las condiciones internas, expresión neurofisiológicas y endocrinas, que desarrollan la codificación genética, originan, en relación con su medio social, los rasgos estables de la personalidad.

Por otro lado, el término “política” se usó en Atenas a partir del siglo V antes de Cristo. Aristóteles hizo el gran aporte con su obra “Política”, quien definía al ser humano como un animal político.

Las definiciones del término van desde la encarnada por el fascista alemán Carl Schmitt hasta la humanista del también alemán Carlos Marx. El ejercicio de la política está supeditado a la ideología.

La psicopatía antisocial o disocial halla caldo de cultivo en la sociedad capitalista, erigiéndose en modelo de éxito y poder a imitar, socavando estructuras socio-políticas y la idea de la democracia.

Ese fenómeno psicosocial y político está en expansión, y se traduce en crueldad hacia lo humano, violando normas ético-morales y pervirtiendo las leyes que rigen la sociedad, para beneficio del psicópata.

José A. Bustamante, describe al psicópata antisocial como egoísta, insensible, irresponsable e incapaz de sentir culpabilidad por sus actos. Cuando un psicópata antisocial organiza en su entorno a sus iguales y alcanza el poder político y/o económico, puede someter a la sociedad a una tiranía, como ocurrió con Hitler, Mussolini, Franco, Trujillo…

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