‘Checo’ ilumina la noche de Singapur y el título de ‘Mad Max’ debe esperar

Singapur, 2 oct (EFE).- El mexicano Sergio Pérez (Red Bull) logró este domingo su cuarta victoria en la Fórmula Uno -la segunda de la temporada- al ganar el Gran Premio de Singapur, en el circuito de Marina Bay, donde relegó al segundo y al tercer puesto a los Ferrari del monegasco Charles Leclerc y del español Carlos Sainz, que firmó el decimocuarto podio en la categoría reina; en una jornada en la que el neerlandés Max Verstappen no pudo aprovechar su primera ‘Bola de Mundial’, al concluir séptimo.

‘Checo’, nacido hace 31 años en Guadalajara, firmó una brillante actuación en la carrera más exigente de la temporada, marcada por el calor y la elevada humedad, convirtiéndose en el primer piloto, después del alemán Sebastian Vettel -que lo logró en 2011-, en ganar en el mismo año las dos principales carreras urbanas: la de Mónaco y la de Singapur. En una jornada muy ajetreada, como era de esperar, que acabó con seis abandonos, entre ellos el del otro español, el doble campeón mundial asturiano Fernando Alonso (Alpine); a causa de una avería en el motor.

Verstappen, que el viernes cumplió 25 años no pudo celebrar un doble festejo en Singapur ya que la primera condición para revalidar título este mismo domingo era que ganase la carrera; y eso no sucedió. La jornada fue redonda, no obstante, para Red Bull, que ganará los dos títulos esta temporada; y que podría festejar el de ‘Mad Max’ en casa de su motorista, Honda -propietario de Suzuka- dentro de sólo siete días, en el Gran Premio de Japón.

La fuerte lluvia que caía sobre el circuito de Marina Bay obligó a que, una hora antes del teórico arranque de la prueba, se anunciase que, inicialmente, el mismo se iba a retrasar 30 minutos. Antes de que distintos anuncios referentes a nuevas informaciones también se hicieran esperar; hasta que finalmente, se dio la salida a las nueve y cinco, hora local, es decir, una hora y cinco minutos más tarde de lo esperado. Toda vez que la lluvia remitió.

El fantasma de lo acontecido en Spa-Francorchamps (Bélgica) la pasada temporada sobrevoló durante esos momentos de forma liviana Marina Bay, aunque con una clara diferencia: en Singapur se recuperaba este año la tradicional carrera nocturna -suspendida los dos años anteriores, a causa de la pandemia- y no habría problemas de visibilidad, en una prueba que de principio a fin, en cualquiera de los casos, se disputaría con luz artificial.

El monegasco Charles Leclerc (Ferrari) afrontaba la prueba desde la ‘pole’, con Sergio saliendo junto a él, desde la primera fila: en el segundo puesto de la formación. Y los españoles Sainz y Alonso en la cuarta y en la quinta plaza, respectivamente: Sainz, al lado del séptuple campeón mundial inglés Lewis Hamilton (Mercedes), desde la segunda fila; y Alonso, homenajeado antes de la prueba por su récord histórico 350 carreras en la F1, en la tercera hilera, con el inglés Lando Norris (McLaren) como vecino.

Toda la parrilla tomó la salida con neumáticos intermedios nuevos, salvo los dos Alpha Tauri, que llevaban los usados. Y con el otro Mercedes, el del inglés George Russell, que había cambiado motor, saliendo desde el ‘pit lane’.

Verstappen partía octavo, después de que el sábado hubiese tenido que abortar su último intento, ya que su equipo erró, al pensar que llevaba menos combustible de lo esperado. En una pista que debutó en el Mundial en 2008 -precisamente, con triunfo de Alonso, ganador asimismo en 2010- y en la que nunca dejó de salir en carrera el coche de seguridad.

No iba a ser menos esta vez. Y el ‘safety car’ apareció en la octava vuelta, después del incidente en el que el canadiense Nicholas Latifi (Williams) tocó a Guanyu Zhou (Alfa Romeo), quedando ambos fuera de la carrera.

Antes, en la salida, ‘Checo’ tomó el liderato, al rebasar a Leclerc y Carlos adelantó a Hamilton -en una acción de la que se quejó el inglés, que los jueces ni revisaron-; Alonso perdió dos puestos, pero recuperó uno y era quinto en la segunda vuelta -antes de volver a perder la posición con Norris-, en la que Verstappen, que tampoco salió bien, iniciaba su remontada desde el duodécimo puesto.

Las diferencias marcadas se redujeron a la nada y la prueba se reanudó con el bravo piloto tapatío por delante de los dos Ferrari, con Fernando en la sexta posición; y Verstappen en la novena.

Max no tardó en pasar a Vettel y a Gasly; y a falta de cincuenta giros tenía en el punto de mira a Alonso, que a su vez presionaba a Lando, que acabó distanciándose. En una pista que tardaba en secarse y que nunca llegó a hacerlo del todo.

‘Checo’, con buen ritmo, mantenía a segundo y medio a Leclerc en la decimoquinta vuelta, con Carlos más atrasado -a cinco de su compañero- en la tercera posición, un segundo por delante de Hamilton

Alonso retuvo a ‘Mad Max’ todo lo que pudo, pero en la vuelta 21, el motor de su Alpine se ahogó, cuando rodaba sexto. Y, después de diez carreras seguidas en los puntos, el doble campeón mundial asturiano encadenó su segundo abandono, después del de Monza (Italia).

Russell fue el primero en cambiar a slicks. El inglés puso medios y ofreció gran información a sus rivales, ya que sus deslizamientos invitaron al resto a observar cautela.

El tailandés Alex Albon (Williams) también se bajó del coche antes de tiempo, apenas unos instantes antes de que el Alpine de Esteban Ocon corriese idéntica suerte que el de Alonso. El francés acabó su actuación en la vuelta 29, ,provocando el segundo coche de seguridad virtual. En el que tanto Hamilton, como Verstappen, se precipitaron sobre Carlos y Norris, respectivamente

El mexicano de Red Bull lideraba, pero Leclerc marcaba giros rápidos tras la retirada del ‘VSC’ y se le acercaba a tres segundos.

El siguiente en perder el control fue Hamilton, en la 33, dejando vía libre al podio de Carlos y regresando a pista entre Norris y Verstappen, que, enfadado, volvía a ser sexto a causa de la maniobra del británico.

En cuanto la pista mejoró -en el momento que Russell marcó la vuelta rápida- empezaron las paradas. Y el primero en entrar a garajes fue Leclerc, que instaló medios en otra lenta acción de la ‘Scuderia’, en la 34, cediendo el segundo puesto provisional a Carlos. Que paró una vuelta después, al igual que Verstappen. Poco antes de la entrada de un nuevo coche de seguridad, provocado por el accidente del japonés Yuki Tsunoda (Alpha Tauri).

McLaren, que acabaría cuarto con Norris y quinto con el australiano Daniel Ricciardo, aprovechó esta ocasión para avanzar puestos y recuperar la cuarta plaza del Mundial de constructores de Alpine.

Al relanzarse la prueba, Verstappen se lanzó a por Norris, se pasó de frenada y por los pelos evitó una circunstancia peor, al hacer una espectacular salvada en una escapatoria; pero tuvo que hacer otra parada -puso blandos- y salió de los puntos, antes de remontar hasta la séptima plaza.

Como ya estaba claro que no se completarían las 61 vueltas, se puso en marcha el cronómetro que acercaba a las dos horas reglamentarias; y a falta de 27 minutos, ‘Checo’ -que se fue largo en una curva- se encontró a Leclerc marcando vueltas rápidas y a sólo medio segundo,

Carlos estaba tercero, a siete segundos, pero muy presionado por Norris, cuando se rehabilitó el DRS, pero tanto ‘Checo’, como el talentoso piloto madrileño, resistieron todos los ataques y acabaron de forma magistral reteniendo sus puestos.

Se dio a conocer entonces que ‘Checo’ estaba siendo investigado y que podría ser sancionado, al parecer por una supuesta maniobra irreglamentaria con la presencia del coche de seguridad en pista. Fue ahí cuando por comunicación interna le indicaron al mexicano que echara el resto, e intentara ampliar a más de cinco segundos su ventaja.

La elevó a más de siete y acabo brillando en la noche singapurense, donde un buen puñado de compatriotas le cantaron el ‘Cielito Lindo’ después de que hiciera sonar el himno mexicano, por cuarta vez desde que corre en la categoría reina. Esta vez en Marina Bay. Para mayor alegría de su escudería. Red Bull no ve peligrar la revalida de ‘Mad Max’. El título lo podrán festejar, para mayor alegría de Honda, dentro de siete días, en Suzuka.

Adrián R. Huber

EFE

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