China, del nuevo Xi al viejo Mao

Ellis Pérez

Acabamos de ver este domingo pasado la clausura del  XX Congreso del Partido Comunista Chino. Da la impresión de que este congreso al ratificar a Xi Jinping para un tercer periodo consecutivo de cinco años, lo afianza como la gran figura de poder casi absoluto, solo comparable al ejercido hace muchos años ya por Mao Tse Tung.

Los días que antecedieron al inicio del congreso se convirtieron en una incógnita de hechos que podrían haber estado sucediendo en China sin que nadie se enterara de los mismos, como se acostumbra en el sistema cerrado comunista. Xi desapareció de la vista pública por varios días, dando lugar a diversas especulaciones. Uno de esos días el tráfico interno de vuelos aéreos desapareció casi por completo en China. Se habla de más de nueve mil vuelos cancelados. Esto pudo constatarse a través de las imágenes satelitales que monitorean esos vuelos y a las cuales casi todo el mundo tiene acceso. Al día de hoy no ha habido explicación de ese hecho. Todo parece indicar que se cocinaba con esmero la lucha interna del partido al preparar su XX Congreso.

¿Implicará este nuevo estado de cosas una vuelta a los orígenes, al poder casi absoluto de Mao? ¿Se señalará como un gran error la decisión de Deng Xioping del concepto de un país y dos sistemas, al introducir los principales elementos del capitalismo dentro de la economía china? Después de los efectos de la pandemia, con la reducción de la productividad y las dificultades de entrega de productos a nivel internacional, la economía china se ha reducido notablemente. Hay quienes señalan que han surgido temores dentro del Partido Comunista de que con la apertura de la economía han surgido clases económico- sociales que desvirtúan los postulados del socialismo. Hoy hay en China grupos económicamente poderosos frente al conglomerado mayoritario de los 1400 millones de habitantes que todavía viven en condiciones empobrecidas. ¿No se debería regresar a una sola clase económica, con el robustecimiento del sentido de la solidaridad, al estilo de los tiempos de Mao?

Lo que pareció ser la salida forzosa del expresidente Hu Jintao pudo haber sido un mensaje a los núcleos juveniles que se dice son seguidores de Jintao de que ya no hay lugar para ellos en la nueva estructura de poder del Partido Comunista Chino, ya que ese poder ha quedado centralizado en la figura de Xi Jinping.

Fuente Listín Diario

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