¿Cómo se ha comportado la inversión extranjera directa?
Haivanjoe Ng Cortiñas
Desde la perspectiva económica, la entrada de inversión extranjera directa es la mejor demostración del libre flujo de capital entre las naciones y es, además, una expresión inequívoca de que las condiciones tanto en el marco legal, como de las facilidades en obras de infraestructuras complementarias pueda tener un país para atraerla, unida a la rentabilidad que los inversionistas vean a sus decisiones de colocar sus capitales en destinos fuera de su jurisdicción de confort.
En complemento, la llegada y permanencia de inversión y reinversión extranjera directa está asociada a la estabilidad política y social, al fortalecimiento de las instituciones, a la ausencia de volatilidades en los mercados, tanto cambiario, de precios y de tasas de interés, estas precondiciones, han sido creadas, apoyadas y promovidas por varios gobiernos en forma significativa, especialmente desde que se promulgó la ley de inversión extranjera en la República Dominicana en el año 1995.
Muchas son las ventajas que ofrece la inversión extranjera directa a las economías como la dominicana, entre ellas, permite aumentar la generación de empleo, el crecimiento económico, complementar la inversión -ante la insuficiencia de ahorro doméstico-, aprovechando el ahorro externo, incrementa el desarrollo y captación de divisas, estimula la competencia, incentiva la transferencia de nuevas tecnologías e impulsa las exportaciones y promueve políticas públicas más transparentes.
En la última década la entrada y participación de la inversión extranjera directa sobre el PIB puede resultar engañosa para el que se guía solo por el monto registrado en la contabilidad del sector externo de la economía. Ciertamente el referido tipo de inversión muestra en la economía dominicana un movimiento ascendente en términos de la evolución del monto nominal, exceptuando 4 años, cuyo valor fue menor que el anterior.
La caída de la inversión extranjera directa en la República Dominicana, respecto al año anterior, se verificó en los años 2013, también en el 2015 y 2018 y, además, en el 2020, en el primero con un monto de US$ 1,990, el segundo con US$ 2,535 y el tercero con US$ 2,560, todas en millones.
En cambio, el resto de los años del periodo 2011 al primer semestre de 2023, los montos de la inversión extranjera han sido mayor que el del año anterior, de manera que, la tasa de crecimiento ha ido en aumento, indicativo de las precondiciones que debe tener una economía para atraer y hacer permanecer la inversión y propiciar reinversión. El pico más alto de la inversión extranjera en la economía nacional a nivel del monto nominal se registró en el año 2022 con US$ 4,010 millones, seguido del año 2017 con US$ 3,571 millones.
Año | 2012 | 2013 | 2014 | 2015 | 2016 | 2017 | 2018 | 2019 | 2020 | 2021 | 2022 |
IED | 3,142 | 1,990 | 2,208 | 2,205 | 2,407 | 3,571 | 2,535 | 3,021 | 2,560 | 3,197 | 4,010 |
IED/PIB | 5.17 | 3.17 | 3.28 | 3.09 | 3.17 | 4.46 | 2.96 | 3.39 | 3.24 | 3.38 | 3.51 |
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Calculado por el autor en base a datos de la página web del Banco Central
A nivel del destino de la referida inversión, encontramos que los sectores que más se han beneficiado en la economía dominicana durante el periodo examinado es el turismo, con un 25.2 %, seguido por la energía, con un 18.7 % y luego, el comercio/industria con una participación de un 14.4 % del total.
Los países que más capitales en inversión extranjera directa han colocado en la República Dominicana son, Estados Unidos en primer lugar con un 38.0 %, en segundo lugar, México con un 9.8 %, y, en tercer lugar, Canadá con un 9.1 %, basado en los datos del año 2022.
En esta línea discursiva se ha manejado la presidencia de la República, el gobernador del Banco Central y el Centro de Exportaciones e Inversión de la República Dominicana, cuando han afirmado: “Por primera vez, se alcanza récord de inversión extranjera directa de toda su historia, al registrar US$ 4,010.4 millones en el año 2022”
En cuanto a nivel del monto nominal el dato resulta correcto; sin embargo, considerando que la economía dominicana, en general ha mostrado una tasa de crecimiento sostenida a lo largo de las últimas casi dos décadas –con la excepción del año 2020 en ocasión de la pandemia-, lo propio no puede afirmarse cuando el dato de la inversión extranjera directa se analiza como aporte al producto interno bruto (PIB).
En efecto, en la serie de años del 2011 al 2023, el nivel de contribución más alto de la inversión extranjera directa respecto al PIB no coincide con el monto nominal mayor que fue en el 2022, pues la participación más elevada aconteció en el año 2012, con un 5.17 % del PIB, mientras que el de 2022 fue de un 3.51 %, incluso, la de 2017 también fue mayor, con un 4.46 % del PIB.
Una mayor participación de la inversión extranjera directa sobre la economía tiene efectos directos y colaterales positivos para el país económico, tales como el empleo, la complementariedad de la inversión, la transferencia tecnológica, entre otros aspectos señalados más arriba; no así necesariamente acontece cuando el tema es evaluado sólo considerando su monto, dado que un mayor monto con menor participación en el PIB, puede tener menores efectos vinculantes con la economía,
Continúan orden de importancia participativa del referido indicador dentro del PIB los años 2011 con un 3.92 %, continua el 2021 con un 3.38 %. Para el año 2023, basado en los datos del primer semestre, podemos proyectar que la contribución puede terminar en un 3.43 %.
En lo referente a la tasa de participación promedio anual del indicador de la inversión extranjera directa como proporción del PIB dominicano durante los años que van del 2012 al 2022 es de un 3.53 %.
Como el lector ha podido apreciar el relato con énfasis en el récord mencionado a principio de esta opinión puede tener otra lectura, el de que la participación de la inversión extranjera directa dentro del PIB se encuentra en niveles superiores al del año 2022, como fueron los años 2011, el 2012, evidenciando con ello que en términos relativos la referida inversión ha tenido un rol más vinculante en la economía que verla solo desde la óptica del monto.