Condena por un asesinato ordenado desde Rusia tensa la relación Berlín-Moscú

Berlín, 15 dic (EFE).- Un tribunal de Berlín condenó este martes a cadena perpetua a Vadim Krasikov, un ciudadano ruso de 56 años, declarado culpable de matar a plena luz del día a un opositor georgiano-checheno en Berlín en 2019 y de haber actuado por orden de Moscú.

La sentencia, leída por el juez Olaf Arnoldi, determinó que el asesinato se cometió por encargo de «los servicios rusos» a Krasikov, «colaborador suyo», que tenía órdenes de «liquidar» a la víctima en represalia por su papel en la segunda guerra chechena.

Tras conocerse la condena, la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, calificó el asesinato, que tuvo lugar en el parque berlinés Kleiner Tiergarten, de «ejecución en toda regla» y, tras convocar al embajador ruso, declaró a dos de sus diplomáticos como personas no gratas.

Para Baerbock, el asesinato supone una violación «grave» del derecho y la soberanía alemanes, y advirtió de que supone una «grave carga» para las relaciones con Rusia, que deberían basarse «en el derecho internacional y el respeto mutuo».

Desde Moscú, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, adelantó la próxima publicación de un comunicado oficial con respecto al caso y avanzó que las acciones del Gobierno alemán «no quedarán sin una respuesta adecuada».

El embajador ruso en Berlín, Serguei Necháiev, comentó a través de la cuenta de Twitter de la legación diplomática que la «absurda afirmación» de que Rusia guarda relación con el asesinato es «impuesta de forma continua» a la opinión pública y habló de una sentencia «políticamente motivada».

El caso enturbió desde sus inicios las relaciones diplomáticas entre Berlín y Moscú. Ya en 2019 Alemania expulsó a dos diplomáticos en reacción, según anunció, a la falta de cooperación de las autoridades rusas en el esclarecimiento del caso.

El Kremlin respondió expulsando a dos miembros de la legación diplomática alemana en Moscú.

UN ASESINATO A PLENA LUZ DEL DÍA

La víctima del asesinato fue Zelimjan Jangoshvili, también conocido por el alias de Tornike K., un georgiano de la minoría étnica chechena que había comandado una milicia contra Rusia en la segunda guerra de Chechenia y en 2016 había solicitado asilo en Alemania, que le había sido denegado.

Según la versión de la Fiscalía, respaldada por la sentencia, Krasikov, un exoficial de los servicios secretos rusos, viajó a Alemania tras hacer escala en Varsovia bajo la identidad falsa de Vadim Sokolov y mató a Jangoshvili tras aproximarse a él en bicicleta.

Tras dispararle dos veces por la espalda con una pistola con silenciador, le remató de un tiro en la cabeza cuando yacía en el suelo, según consideró probado el tribunal.

La policía detuvo a Krasikov después de que testigos presenciales le vieran cambiándose de ropa y, posteriormente, arrojando el arma, la bicicleta y una peluca al río Spree, a pocos cientos de metros de distancia del lugar de los hechos.

Jangoshvili había sido designado como terrorista por las autoridades rusas y el presidente ruso, Vladímir Putin, se refirió a él como «bandido» y «asesino», aunque Rusia no había solicitado su extradición.

De acuerdo con el juez Arnoldi, la profesionalidad de los preparativos emprendidos por Krasikov, en particular a la hora de ocultar su identidad, apunta a que se trata de un colaborador de los servicios de inteligencia de Moscú que actuaba bajo órdenes de sus superiores.

Una de las piezas clave del juicio fue la confirmación de la identidad del acusado, gracias a varios testimonios. De Krasikov era sabido que ya se había visto implicado en un asesinato con un «modus operandi» similar y que mantenía contactos con los servicios secretos.

A pesar de la minuciosa investigación del caso, quedan numerosas preguntas abiertas, como la identidad de los supuestos colaboradores que tenían bajo vigilancia a Jangoshvili y conocían sus hábitos.

La sentencia de hoy ensombrecerá previsiblemente aún más las relaciones entre Alemania y Rusia, que ya pasan por una crisis después de que Berlín acogiera y tratara en un hospital al opositor Alexéi Navalni, que fue trasladado a la capital alemana en coma inducido tras sufrir un envenenamiento en Siberia.

La congregación de tropas rusas en las inmediaciones de la frontera ucraniana y la crisis fronteriza instigada, según la Unión Europea, por Bielorrusia en su límite con Polonia y Lituania son otros aspectos que influyen negativamente en las relaciones entre ambos países.

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