Cuando a EEUU le da gripe a AL le provoca pulmonía
Ramón Núñez Ramírez
Esa frase era pronunciada antes de la globalización, con posteridad cualquier crisis de una gran nación se refleja a nivel mundial y no es accidental que la crisis financiera de 2008-2009, que se inició con la estallido de la burbuja de las hipotecas sub-prime en Estados Unidos, se trasladó a Europa, provocó una caída del PIB mundial y crisis de deuda en varios países.
Entre finales de la década de 1970 e inicio de los 80, el choque petrolero de 1979, unido al gasto excesivo por la guerra de Vietnam, provocó en los EEUU una inflación de 11.25% en 1979; ese año fue designado presidente de la Reserva Federal Paul Volcker y en 1980 la inflación alcanzó 13.55%, se aplicó una política monetaria restrictiva que estimuló un aumento de los tipos de interés de 10.5% en el momento de la designación de Volcker a 17.5% en abril de 1980, efectivamente la inflación cedió gradualmente y en 1983 había disminuido a 3,21% y el PIB creció 4.6%. El precio fue dos recesiones y el aumento del desempleo que llegó a 10.8%.
Ese aumento de los tipos de interés encareció la deuda para América Latina y la mayoría de los países, comenzando con México en 1982, declararon una moratoria, fueron sometidos a fuertes políticas de ajuste con el FMI y el impacto fue tan terrible para la región que se denominó “ la década perdida.”
En la actualidad la inflación anualizada en los EEUU fue de 8.3% en agosto, dos décimas menos que en julio, mientras el PIB en el primer trimestre cayó 0.4% y en el segundo trimestre en 0.2%, técnicamente esa economía está en recesión con una elevada inflación, aunque con pleno empleo.
Según una encuesta del Bank of America Global Research, “cerca del 77% de los gestores de fondos de inversión dicen que ven un crecimiento inferior a la tendencia y una inflación superior a la tendencia. Es decir, el resultado más probable para la economía mundial durante el próximo año es la estanflación”.
El principal socio comercial de la RD es Estados Unidos, al punto de que en este año el 35% de los turistas provienen de ese país y el 25% de Europa, con una situación económica más complicada; casi el 100% de las exportaciones de zonas francas, el 85% de las remesas, 36% de la inversión directa y el 80% de las exportaciones nacionales, exceptuando el oro.
Si hay recesión en los EEUU habrá una disminución de los turistas, una menor demanda por los textiles y joyas de zonas francas, en los bienes industriales y agropecuarios, también podría ralentizarse la inversión directa y en cartera.
A todo lo anterior hay que agregar la subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, que por un lado encarecerá nuestros futuros endeudamientos y por otro obligará al Banco Central a seguir aumentando la Tasa de Política Monetaria para evitar fuga de capitales y controlar la inflación, pero afectará la demanda de crédito para consumo e inversión del sector privado y será otro ingrediente para frenar el crecimiento.
De cualquier forma todo dependerá de la profundidad y duración de la recesión y la persistencia de la inflación en los EEUU, aunque muchos pronósticos apuntan a una estanflación global.
Fuente el Hoy