Cuba es víctima no victimaria.
Por Arthur González.
Desde Estados Unidos se pretende cambiar la historia de las relaciones con Cuba y venderse como víctimas de la Revolución cubana, cuando realmente el gobierno yanqui hizo lo imposible por evitar el triunfo de Fidel Castro, lo que demuestra la mentira de responsabilizar a las nacionalizaciones de las empresas yanquis, como la causa de la confrontación entre ambas naciones.
El acta de la reunión del Consejo Seguridad Nacional de los Estados Unidos del 23 diciembre de 1958, recoge los criterios de sus participantes, entre ellos del presidente Dwight Eisenhower y su vicepresidente, el director de la CIA, el secretario de Estado, el de Defensa y el Fiscal General, quienes trataron el tema de la situación político-militar en Cuba.
En ese punto, el secretario de Defensa expresó:
“Castro es el mayor de los dos males entre él y Batista. Los Estados Unidos deben apoyar al menor de los dos males y proceder contra las bases que apoyan a Castro en los Estados Unidos”.
“A criterio de Allen Dulles, director de la CIA, la situación en Cuba está empeorando. Batista no está en condiciones de tomar ninguna acción para mejorar las condiciones, a no ser que fuera una acción militar desesperada, para lo cual el ejército no parece tener agallas”.
“El vicepresidente preguntó si era posible someter a proceso criminal a personas que, en Estados Unidos, financiaban a Castro. El Fiscal General señaló que el proceso a los partidarios de Castro podría ser más enérgico, si esto era conveniencia de los Estados Unidos”.
“Dulles añadió, debemos evitar la victoria de Castro”.
“El secretario Herter hizo la observación de que parece unánime la opinión de no apoyar el régimen de Castro y el presidente Eisenhower expresó su esperanza de lograr una tercera fuerza, que creciera en fortaleza e influencia, si se organiza alrededor de un hombre capaz, pertrechado con financiamiento y armamentos”.
Con estos elementos ¿cómo ahora pretenden hacerle creer a quienes desconocen esta historia, que Cuba es la culpable de las acciones del Bloqueo económico, comercial y financiero?
Para desbaratar la actual corriente de cambiar la historia, ejecutada por los enemigos de la Revolución cubana, resulta importante leer el plan de influencia subversiva y reclutamiento en sectores priorizados de la sociedad cubana, elaborado el 14 de abril de 1959 desde la embajada yanqui en La Habana, por Daniel M. Braddock, ministro consejero en la embajada y el jefe de la Estación Local de la CIA James A. Noel.
El objetivo central de ese plan a solo tres meses del triunfo, era tratar de aislar a Fidel Castro de la influencia comunista, prueba del inicio de la injerencia en los asuntos internos de Cuba y las acciones de la CIA para entorpecer el desarrollo de la Revolución que no pudieron evitar.
Entre las medidas propuestas estaban:
Estimular una campaña de prensa sobre los comunistas que ocupan posiciones de importancia. Denunciar las actividades comunistas locales en la prensa de Cuba, de Estados Unidos y en el mundo libre.
Fortalecer a los elementos anticomunistas en la Isla para su accionar contra el comunismo en el gobierno, las fuerzas armadas, los sindicatos, la prensa y escritores individuales; la radio y la TV, los partidos políticos y los grupos de acción. En la Iglesia y los estudiantes.
Estudiar los objetivos y los métodos del comunismo y del Movimiento 26 de Julio, con el propósito de descubrir cualquier diferencia importante entre ellos, para utilizar y ampliar esas diferencias.
Otra línea política que según dicho plan comenzaron a trabajar desde fecha tan temprana, fue la fabricación de la estima y el prestigio local e internacional de figuras no comunistas dentro del gobierno, entre ellos Felipe Pazos, Rufo López Fresquet, Justo Carrillo, Ramón Barquín y otros, en un esfuerzo por aumentar su influencia en la política del gobierno cubano y con Fidel Castro.
Una prueba de que la OEA es una organización al servicio de Estados Unidos, se refleja en la medida recogida en ese plan, de trabajar a través de la OEA, de diplomáticos latinoamericanos locales y con una publicidad discreta, para lograr que el gobierno cubano confirme su adherencia a las resoluciones de Bogotá, Washington y Caracas sobre el comunismo.
Sin descansar un minuto en sus acciones subversivas contra Cuba, el 11 de diciembre de 1959 el jefe de la División del Hemisferio Occidental de la CIA, J.C. King, envía un informe al director de esa agencia, un conjunto de medidas muy agresivas, donde afirma sin tapujos:
“El objetivo de Estados Unidos es el derrocamiento de Castro en el término de un año y su reemplazo por una Junta que sea del agrado de los Estados Unidos, la cual convocará a elecciones seis meses después de su llegada al poder”.
Entre sus medidas estaban:
“Ataques de una radio clandestina desde países del Caribe, por parte de un grupo liberal, trabajando estrechamente con nosotros y utilizando a cubanos para las transmisiones. Operaciones de interferencia contra la radio y la televisión de Castro, a ser instrumentada desde dentro de la Isla. Alentar a grupos opositores a favor de Estados Unidos para establecer por la fuerza, un área controlada desde Cuba”.
El colofón de ese plan de la CIA se recoge en la siguiente propuesta:
“Se le debe dar una cuidadosa atención a la eliminación de Fidel Castro. Ninguno de los que se hallan cercanos a Fidel, como por ejemplo su hermano Raúl y su compañero Che Guevara, tienen el mismo carisma sobre las masas. Muchas personas bien informadas consideran que la desaparición de Fidel aceleraría grandemente la caída del gobierno actual”.
La historia no puede ser cambiada ni tergiversada, Cuba es, desde el mismo 1ro de enero de 1959, una víctima de la política hostil y criminal de Estados Unidos, solo porque la Revolución no es de su agrado.
Razón la de José Martí al afirmar:
“Nada más justo que dejar en punto de verdad las cosas de la historia”.