Cuidado con los paralelismos

Juan Temístocles Montás

Hace unos días, Kenneth Rogoff, profesor de Economía y Políticas Públicas en la Universidad de Harvard y quien fuera el economista jefe del Fondo Monetario Internacional de 2001 a 2003, escribió un artículo con el título de ¿Volvieron los 70?, en el que comienza afirmando que con la desastrosa salida de Estados Unidos de Afganistán, los paralelismos entre los años 2020 y los años 1970 no hacen más que aumentar.

Hay que recordar que en los años 1970, Estados Unidos salió derrotado de Vietnam en un contexto en el que la economía global sufría una prolongada desaceleración de la productividad así como un shock de oferta, producto de la decisión de los países exportadores de petróleo de elevar considerablemente los precios del petróleo. Previamente, el dólar había sido devaluado y por decisión de los Estados Unidos los acuerdos de Bretton Woods habían sido tirado por la borda. Esta situación, combinada con incrementos importantes del gasto público en dicho país para financiar la Guerra de Vietnam y los programas sociales del gobierno de Lyndon Johnson contribuyeron a generar presiones inflacionarias durante la década de los 70, colocándose el índice de precio al consumidor por encima del 10% durante varios años. La política de la Reserva Federal ha sido siempre tratar de mantener inflación en alrededor de 2% y por esa  razón se vio precisada poner en marcha, a finales de los 70, una agresiva política de incrementos de las tasas de interés para moderar la inflación, lo que se logró durante la década de los 80.

La política de elevar las tasas de interés en los Estados Unidos a fin de reducir la inflación fue el detonante de la crisis de la deuda de América Latina durante los años 80. En 1970, la deuda externa de América Latina rondaba los 28 mil millones de dólares; en 1980 se había colocado en 228 mil millones, es decir, un monto 8 veces superior a 1970; en 1990, la deuda externa de la región se encaramó a los 442 mil millones, cifra 16 veces más grande que la de 1970 y casi el doble que la de 1980. La mayoría de esa deuda se contrató a tasas de interés variables, de manera que al subir las tasas de interés en Estados Unidos los países latinoamericanos no pudieron seguir pagando la deuda. En este contexto, se desató la crisis, lo que condujo a la llamada década perdida con consecuencias negativas, en términos económicos y sociales, para toda la región durante muchos años.

Ahora, la salida humillante de los Estados Unidos de Afganistán nos obliga a recordar los años 1970 ya que la misma se produce en un escenario marcado por un nuevo shock de oferta, expresado en importantes incrementos, no solo de los precios del petróleo sino también del carbón, el gas natural, los cereales, los aceites vegetales, la carne, entre otros productos.

En el momento en que redacto este artículo, el barril del petróleo West Texas se cotiza a 82 dólares con 47 centavos, un 130% mas que hace un año; el precio del gas natural supera en un 51% al de finales de octubre de 2020 y; el precio del carbón supera en un 325% al de finales de octubre del año pasado. Esta situación es muy probable que se agrave sin el invierno que se avecina en los países del norte es muy fuerte. Ya, los elevados precios de los energéticos se están reflejando en el costo de la electricidad, la producción industrial y el transporte en buenas partes de los países desarrollados.

En cuanto a los cereales, el maíz cuesta hoy un 34% más que en octubre del año pasado, el trigo un 24% más y el aceite de soya un 84% más.

El su articulo, Rogoff señala lo que cito a continuación: “la derrota humillante de Estados Unidos en Afganistán es un gran salto para recrear la tormenta perfecta que condujo al crecimiento lento y a la altísima inflación de los años 1970. Hace unas semanas, un poco de inflación parecía un problema manejable. Hoy, los riesgos y los desafíos son mas altos”. Una reciente declaración de Carmen Reinhart, economista jefe del Banco Mundial, en el sentido de que no ve la inflación como algo transitorio, apuntala esta preocupación de Rogoff

En el mes de septiembre, la inflación en los Estados Unidos se trepó a 5.40%, un valor que supera más del doble a la meta de inflación de la Reserva Federal. La situación inflacionaria ha llevado a un importante funcionario de la multinacional de la alimentación Kraft Heinz, Miguel Patricio, a expresar que “hay que acostumbrarse a que la comida sea más cara” y que ahora la inflación es “generalizada”. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el coste de los cereales y aceites ha elevado los precios mundiales de los alimentos a un máximo de los últimos 10 años.

En el marco de lo señalado, un factor de riesgo es que la Reserva Federal empiece a modificar la política monetaria, elevando las tasas de interés en un momento en el que la mayoría de los países latinoamericanos se encuentran muy endeudados. Los responsables de las políticas económicas en los diferentes países tienen que estar muy atento a esta situación.

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